Como parte de la cobertura periodística previa al enfrentamiento de última jornada entre el campeón Real Madrid y el desahuciado Leganés, leí varias veces que si Javier Aguirre lograba el milagro de evitar el descenso se convertiría en el mejor entrenador mexicano de la historia y es aquí donde yo me pregunto ¿en verdad hace falta que Javier Aguirre complete una hazaña futbolística como esta para darle el reconocimiento que merece?
Esto lo resolvemos más adelante, primero les cuento lo divertida que fue la tarde del domingo gracias al tercer equipo descendido de España.
Prendimos la tele unos cuantos minutos después del silbatazo inicial y aunque sabíamos que las posibilidades del equipo de Javier Aguirre por mantener la categoría eran reales, también sabíamos de lo lejanas que eran. Y fue precisamente ese punto de realidad el que nos llevó a vibrar en la frecuencia establecida por el partido.
Javier Aguirre tomó al Leganés prácticamente desahuciado con 12 partidos jugados, nueve derrotas, dos empates, tan solo un triunfo y seis mugrosos goles. Al paso del 2020, el mexicano sumó 25 partidos con siete victorias, nueve empates, nueve descalabros y 22 goles anotados.
Lástima que el esfuerzo no bastó para mantenerse en primera, pero sí para mantenerse con vida hasta los últimos segundos del campeonato.
Con el partido entre el campeón Real Madrid igualado a dos tantos y el empate del Celta, bastaba con un gol del Leganés para quedarse en Primera. Desafortunadamente para los aficionados de este equipo y los millones de mexicanos alrededor del mundo pendientes, el Leganés tuvo suficientes oportunidades en los últimos minutos de la partida para haber hecho el gol de la salvación, pero son precisamente en esos momentos donde el pedigrí de los equipos y jugadores sale a flote.
El "Vasco" Aguirre no necesita de ninguna salvación europea para acreditarse como el mejor entrenador mexicano de la historia.
No importa si el Leganés es de Segunda o Primera, tampoco importa la resolución que hayan tenido sus conflictos con las apuestas; Los dos Mundiales dirigiendo a la Selección Mexicana de futbol salvándonos el pellejo desde las Eliminatorias, su trabajo en Pachuca y haber roto la barrera europea para los entrenadores mexicanos son argumentos suficientes para considerarlo el mejor.
Aclaro que tampoco existe mucha competencia, es decir, que si esta columna la estuviéramos escribiendo en Argentina o Uruguay, países futboleros acostumbrados a que sus técnicos se rocen en la élite del futbol mundial, no bastaría con lo que ha hecho el "Vasco", pero esta columna la estamos escribiendo en México, en donde los entrenadores claramente no están acostumbrados a salir de casa.
¿Será por falta de capacidad o será que no tienen hambre por las buenas condiciones de trabajo que existen en la Primera División mexicana?
Twitter: @AldoFariasGzz |