No importa la época, si usted alguna vez fue arquero, se habrá dado cuenta que lo más difícil de dominar bajo la portería, es el juego aéreo. Quienes logran tener bajo control dicha especialidad, han avanzado por lo menos el 50% de lo que se requiere para ser portero.
La noche del domingo era lluviosa en San Luis Potosí, sin embargo fue hasta la segunda parte cuando en verdad comenzaron a incidir en el juego las condiciones climatológicas. Axel Werner fue el arquero elegido por Guillermo Vázquez para cubrir la portería del Atlético de San Luis ante Atlas, un rival que por fin contaba con el 100% de sus futbolistas en condiciones de disputar un partido tan exigente.
Una semana antes en Toluca, Felipe Rodríguez, arquero titular hasta ese día, recibió tres anotaciones y su Director Técnico tomó la decisión de cambiar portero para la jornada 3.
Axel llegó a México para el torneo Apertura 2019, procedente del Atlético de Madrid, club dueño del equipo potosino. Gustavo Matosas se encontraba al frente del equipo. Sin embargo, nunca consideró al portero argentino en su alineación y fue hasta que el Técnico uruguayo se marchó, para que en la última jornada de dicho torneo, Werner tuviera la posibilidad de debutar en Liga con su equipo ante Cruz Azul.
La llegada de Memo Vázquez a la Dirección Técnica tampoco le favoreció al ex arquero de Atlético Rafaela y Boca Juniors, por lo que, aunado a la pandemia, tuvieron que pasar nueve meses para jugar un partido oficial de nuevo, con todos los daños colaterales que implica la inactividad: distancia, confianza y seguridad.
Para la segunda parte la lluvia en el estadio Alfonso Lastras se volvió más y más tupida, por lo que cada centro al área representaba mayor peligro. Axel Werner parecía decidido a no abandonar su posición en la línea de gol, y cada servicio, por más cerca de la portería que pasara, podía ser alcanzado por cualquiera, menos por el arquero argentino.
Es en esos momentos que llega la duda y el pensamiento fatalista que, desafortunadamente se contagia en la desconfianza del equipo. Cada centro al área de Werner se convirtió en un peligro inminente que a la postre nunca pudo aprovechar el equipo rojinegro.
Axel parecía comunicar que no pensaba salir a cortar ningún centro y sus defensores, destacados en el juego aéreo, debieron multiplicarse para evitar la caída de su portería.
Y es que cada vez es más importante el juego aéreo de un arquero, aunque cada vez es más complejo depurar las salidas para cortar centros, por el tipo de balón, fuerza, efecto y, sobre todo, cantidad de gente que va en busca del mismo esférico.
Hoy resulta muy evidente observar a un arquero que decida atajar únicamente debajo de sus tres postes o dentro del área chica, pero por otro lado resulta muy necesario contar con un arquero que reduzca los recorridos defensivos y, por supuesto, el desgaste de los zagueros. Dominar el juego aéreo es sin duda lo más complejo de ser arquero, poco futuro tendrá hoy en día quien renuncie a salir por el balón fuera de su área chica.
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