Hace siete años, en un centro de convenciones de Las Vegas, me colocaron unos lentes de realidad virtual (VR), que me pusieron en primera fila del Staples Center para ver un juego de los Lakers como si estuviera ahí, "courtside" al lado de Jack Nicholson.
Me contaron que era el futuro, y les creí. Hablaban revolucionados sobre como la experiencia en casa a través del VR terminaría por superar a los estadios. ¿Pero cuándo?
Los más optimistas aseguraban que era cuestión de algunas temporadas para normalizar el uso de estos dispositivos en las principales Ligas estadounidenses, por su parte los más pesimistas, en mi opinión los más realistas, opinaban que sería hasta que el mundo nos orillara a hacerlo.
Y que razón tenían los pesimistas (como casi siempre), han pasado siete temporadas de NFL, NBA, MLB y NHL, dos Mundiales de futbol, 14 temporadas de Liga MX y la realidad virtual como alternativa en la industria deportiva prácticamente no existe.
En lo que también acertaron los pesimistas, es en aceptar que la mayoría de los humanos y las industrias somos reactivos.
Reaccionamos a lo que el mundo nos va presentando, y difícilmente tomamos la delantera contra los asuntos del futuro, especialmente cuando se trata de asuntos extremos.
La empresa de entretenimiento deportivo que mayor flexibilidad ha mostrado ante la contingencia del Covid-19 es la WWE de Vince McMahon, quienes inmediatamente "testearon" a todos sus empleados y encontraron la manera de improvisar un Wrestlemania desde su Performance Center, sin público, sin pirotecnia, sin glamour, pero transmitiendo en vivo para millones de aficionados sedientos de espectáculo en casa.
Para los que ignoran la magnitud de un evento como este, les cuento que según la revista Forbes, Wrestlemania es el cuarto evento deportivo más importante del mundo, solo por detrás del Super Bowl, los Juegos Olímpicos y la Copa del Mundo.
Ambas noches resultaron complicadas, pero los creativos extendieron su repertorio al máximo y terminaron por "salir de su zona de confort" con una lucha estilo película (cinematic match) que estelarizo el famoso Undertaker y terminó por salvar el evento.
Yo sé que la sensación de ver un especulo masivo sin público es incomoda, y se podrán burlar de la austeridad en la escenografía de Wrestlemania 36, pero la WWE ya rompió el miedo a un posible futuro sin aficionados presenciales.
Estoy convencido que para las industrias relacionadas al entretenimiento, encontrar la manera de seguir funcionando con respeto y los cuidados pertinentes es un mensaje social muchos más poderoso que el "sacrificio" de quedarse en casa.
Twitter: @AldoFariasGzz |