La reciente polémica en el futbol español la protagonizan los mismos que han generado en los últimos años las disputas fuera de la cancha: los presidentes de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), Luis Rubiales, y el de la Liga de Futbol Profesional (LFP), Javier Tebas.
Un juzgado de Madrid instruye la pelea por las fechas y horarios de los partidos de Primera y Segunda División. La LFP pide que se juegue de viernes a lunes para repartir las transmisiones de televisión y la RFEF exige sólo jugar sábados y domingos pues afectaría a la afición de equipos que no juegan Ligas europeas y se verían abocados a jugar en viernes y lunes. El juez de lo Mercantil 2 de Madrid, Andrés Sánchez Magro, acordó hace unos días de forma temporal la medida "salomónica" de que se pueda jugar en viernes pero no en lunes.
De fondo está la rivalidad entre Rubiales y Tebas, así como la disputa de poder que implica tomar todas las decisiones en el (negocio) futbol español. A diferencia de otros países, en España existe la LFP que funciona como patronal de clubes de Primera y Segunda División, decide derechos de televisión, horarios (pero no fechas), mientras la RFEF gestiona federaciones regionales, Selecciones, Segunda División B, Tercera División, arbitraje, Copa del Rey y Supercopa de España. De ese tamaño la pugna.
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