Tic, tac, tic, tac... Y de pronto, no sabemos qué dirección toma la manecilla de este reloj lleno de diferencias, odio, morbo, intereses y también de gloria al mismo tiempo.
Las preguntas se han quedado para el lunes: ¿Se ira Messi del Barcelona? ¿Fichará para el Manchester City? ¿Cómo terminará esta dramática novela que propone el verano de la pandemia?
Tic, tac, tic, tac. No sé ustedes, pero para mi ésto ha resultado todavía más emocionante que la conclusión de los torneos europeos y la propia Champions. ¿Dónde jugará Messi?
Hay quien se aferra hasta la última esperanza. "Messi se queda". Está presionando para que, en los confines más recónditos del barcelonismo, se entienda que él no juega un papel mediocre. ¿Le alcanza con "la cabeza" del presidente Bartomeu para cambiar la postura del burofax?
Del otro lado de la calle, hay quienes creen que la decisión está tomada y que Messi y el Barsa no volverán a estar juntos. Que ha sido una decisión fundamentada en las diferencias con la dirigencia y en el hecho de que el negocio que significará cambiar de club será el más prolífico en la historia del futbol, y quizá de todo el deporte.
¿Dónde jugará Messi? Si fuera por mi, que juegue donde sea, mientras pueda entregarnos 2 o 3 años más de su excelsa brillantez futbolística. Pero, lo que sobra aquí es drama porque se trata, indudablemente, de una de las relaciones más impresionantes que el deporte ha cultivado y apreciado en su historia, una relación que ha ido por encima, incluso, de este maravilloso juego llamado futbol.
¿Dónde jugará Messi? Porque seguro que aquel equipo que logre "atraparlo" tendrá una revalorización futbolística y económica importante. Así como lo fue en el Barcelona, podría significar para otra entidad, "un antes y un después" del argentino. A eso y más aspiran los pocos que en realidad están en posición de pujar por el mejor jugador de la época.
¿Donde jugará Messi? Me lo preguntan en cada esquina, en cada charla de café, por debajo del cubre bocas y a la sana distancia que establece la época.
¿En el Manchester City de Pep Guardiola? Los árabes tienen el dinero y es una posibilidad muy poderosa, porque, en apariencia, además le ofrecerían un trato de 5 años que incluye una millonaria jubilación en la MLS a través del filial de la misma organización, el New York City FC; aunque los cataríes del PSG querrán juntarlo nuevamente con Neymar; los chinos del Inter de Milán conformar esa dupla de Selección argentina con Lautaro Martínez; y la familia Agnelli (Juventus) podría considerar el cumplir el sueño de millones y millones, colocando en la misma cancha y tirando hacia la misma portería a Messi y a Cristiano.
¿El Liverpool? ¿El Manchester United? Todos, todos los llamados clubes de Clase A menos, supongo, el Real Madrid, aspiran o mejor dicho sueñan con tener en sus filas al mejor futbolista de la época.
¿Dónde jugará Messi? Ya hay una apuesta en los casinos por esa pregunta, un calculo de cuántas camisetas se venderían y una estimación del impacto económico, social y turístico que generaría en la ciudad que lo reciba.
Tic, tac, tic, tac... El reloj sigue su marcha. El futbol ya olvidó quién es el campeón de España, el 8-2 humillante del Bayern Múnich, el fracaso de Neymar por hacerse de la Champions y hasta el hecho de que la pandemia nos ha arrojado un futbol desalmado, de tribunas vacías y horizontes ominosos.
El futbol vive de una nueva pregunta que lo emociona, lo atemoriza y lo enciende: ¿Dónde jugará Messi?
Twitter: @Faitelson_ESPN |