| | El 'Pelusa' llegó a los 60 años de vida.
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"Tengo el honor de anunciarles que el próximo 30 de octubre, el día de mi cumpleaños, arranca la campaña 'Las Diez del 10'", anunciaba Maradona el pasado 7 de octubre, una iniciativa solidaria promovida por el "Pelusa", junto a Cruz Roja, y que comenzará con la entrega, en la zona bonaerense de Villa Palito, "de tres camiones llenos de elementos de higiene, alcohol en gel y tapabocas".
Será la primera acción de una campaña que va a recorrer 10 ciudades argentinas en la que no podrá participar el "Diego". "Lamentablemente, por este virus maldito, yo no voy a poder estar", confirmaba Maradona, quien reconocía que "NO" tenía coronavirus.
"A veces pienso que toda mi vida está filmada, que toda mi vida está en las revistas. Y no es así, ¿eh?, no es así. Hay cosas que están sólo acá adentro, en mi corazón, y que nadie sabe", una narración que viene a explicar muchas de las cosas que han pasado en la vida del argentino ahora que cumple 60 años.
Sus dos relatos
Maradona nació en Villa Fiorito, en la periferia de Buenos Aires, el 30 de octubre de 1960. Un futbolista inigualable, insuperable, indescriptible, inalterable en la cancha, aunque con un relato muy distinto sin el balón por medio.
Porque el "Pelusa", el "Pibe de Oro", el "D10s" ha tocado lo más alto y se ha arrastrado por los bajos fondos. Como crack del futbol, Maradona fue el mago que lideró a la selección argentina en el Mundial de 1986 en México donde, gracias, en parte, a la "Mano de Dios" y el "Gol del Siglo XX", ambos ante Inglaterra, ganó la Copa del Mundo.
"Con el tiempo dije que el segundo gol a Inglaterra fue para que después no digan que les había hecho un gol con la mano, ja ja", explicaba Maradona el pasado junio con motivo del 34 aniversario de aquel majestuoso gol. "Creo que fue justo para eso, así no tenían excusas. Más no le puedo pedir a la vida", explicaba el ahora entrenador de Gimnasia y Esgrima La Plata.
Pero detrás del Diego futbolista asoma una historia de penumbra, de dejadez, al límite, donde Maradona se instaló en un "túnel" en el que estuvo peleando "para no morirme", como confesó a la presentadora argentina Susana Giménez, en 2004, para recuperarse de su adicción a las drogas.
El argentino ha sido el más grande dentro de un campo de futbol, junto con Pelé, Di Stéfano, Cruyff y actualmente Messi (el orden varía según quien opine), pero fuera de su deporte no ha dado la mejor imagen que se esperaba del gran ídolo de masas que ha sido. "Nadie me hará creer, nunca, que mis errores con la droga o con los negocios, cambiaron mis sentimientos. Nada. Soy yo, Maradona", ha insistido el "Pelusa" en repetidas ocasiones.
"Estoy orgulloso de haber sido siempre fiel a mis convicciones, a mis virtudes y a mis defectos", dejó escrito en su autobiografía.
APEGO AL BALÓN
Tras su retirada en 1997, después de participar en cuatro Copas del Mundo con Argentina (España 82, México 86, Italia 90 y Estados Unidos 94), Maradona no ha podido alejarse de su gran pasión, el futbol.
El "Pelusa" ha entrenado a varios equipos y en diversos países, aunque su paso por la Selección de Argentina en el Mundial de Sudáfrica 2010 esté como el hecho más significativo.
Maradona quiere seguir disfrutando del futbol y olvidar su pasado con las drogas. "A los chicos les digo no a la droga, no. Ustedes no tienen participación con la sociedad, no tienen participación con la familia, eso lo aprendí de mi vieja, porque yo no soy maleducado, soy mal aprendido. Y yo cuando tomaba falopa (cocaína) no tenía nada, era un zombi. No la prueben", reconocía en una entrevista con el canal de televisión TyC Sports en diciembre de 2019.
A sus 60 años, el "Diego" quiere ver el lado positivo. "Algunos cuentan las veces que te caíste. Otros, las veces que te levantaste", ha dejado escrito en su cuenta de redes sociales un hombre al que los argentinos consideran su "Dios", con sus defectos y sus virtudes. |