Chivas no pudo hacerle gol a León, Santos, Puebla, Toluca y Pachuca. Ni uno solo. Chivas se ha ido en blanco en cinco de siete partidos. Una locura por donde se le vea. Dato inadmisible para lo que representa Guadalajara. Estadística macabra.
Imposible hablar de relevancia y de trascendencia en el torneo si el equipo no es capaz ni de marcar a la ofensiva e imposible hablar de un futbol convincente si el cero es su fiel pareja de baile.
Dicho de otro modo, para no adentrarnos en terrenos subjetivos (porque habrá quien diga que cada juego es distinto, que tiene que ver el tipo de rival, el escenario, el momento en el que se llega, bla, bla, bla), en el 71.4 por ciento de sus partidos, Chivas no ha hecho gol. Cifra de escándalo. Alarmante para un equipo que invirtió millones en refuerzos.
Imagine usted que trabaja en un taller mecánico donde lo mínimo que le piden es arreglar un auto por día y que, de siete coches, apenas logró afinar dos. Que a los cinco restantes no pudo ni siquiera abrirles el cofre porque no pudo, no supo, no le dio tiempo, le dio flojera o porque perdió el instructivo.
Imagine usted que debe hacer una venta por día ¡una como mínimo! y, que en entre lunes y domingo sólo concretó dos. ¿Los patrones estarían satisfechos con su rendimiento, con las metas incumplidas? ¿Usted cómo se sentiría? ¿Sería de los consternados, preocupados y apenados? O, de los que en cambio, valiéndole un cacahuate lo mal laborado, ¿se iría a celebrar cuando no habría nada que celebrar?
Sólo Macías, Angulo, Brizuela y Calderón han podido mover las redes en siete jornadas disputadas. No hay un solo elemento en el Guadalajara que haya llegado a dos anotaciones. Ni siquiera Macías que hasta hace no mucho tiempo estaba convertido en el mejor atacante mexicano. En 578 minutos disputados ha marcado un gol. (Santiago Ormeño del Puebla, ha hecho 4 en 439 minutos).
Aquello del compromiso, eso del supuesto arrepentimiento expuesto en redes sociales y la escena donde aparentemente los capitanes del equipo reprendieron a Angulo y Vega, queda claro que fue más estrategia mediática y una salida pronta ante la cacería, que una sincera demostración de que a la interna hay hartazgo y dolor por el mal torneo.
Los "exhibidos" que fueron tempranamente perdonados, se vieron menos que nunca en el último juego ante Pachuca. En la cancha no hablaron. Se movieron más en la fiesta y en el video que con la camiseta puesta.
Chivas ya cambió de entrenador. La displicencia cortó el proceso de Tena; el aburguesamiento está aniquilando el de Vucetich y la zona de confort en la que se encuentra la mayoría del equipo, está pisoteando a toda una tradición.
Si no hay mano dura, verdaderamente dura, Chivas no tendrá aspiración de nada y seguirá entre irresponsabilidades, arrastrando el prestigio.
Twitter: @CARLOSLGUERRERO |