En Guadalajara hoy es todo tan extraño y tan amargo que, el tequila se evapora apenas es servido, el mariachi desafina a la primera canción y la carne en su jugo está más seca que nunca. Tan seca como la ilusión de la afición tapatía. ¡Y cómo no! Basta ver el desabrido arranque de sus equipos.
Vayamos por partes. Lo de Rafael Puente era insostenible (ni la jornada doble en puerta pudo darle un perdón o una extensión disfrazada). Un proyecto agrietado, resquebrajado desde el día uno y que siempre pendió de un hilo.
Nunca existió estabilidad de resultados y nunca argumentos suficientes en la cancha como para pensar que la situación en algún momento podía mejorar. Si en lo estadístico el panorama era macabro, en lo futbolístico no hubo una sola señal que generara esperanza.
A Rafa Puente se le acabaron los créditos muy temprano desde aquella desafortunada declaración sobre la zona de confort en la que -según él- deambulan los periodistas. Y digo desafortunada porque lo declaró ante una docena de reporteros en plena conferencia de prensa.
No dijo ninguna mentira. La volatilidad de un técnico siempre será mayor a la de un analista (que es a quienes se refería). Pero, no era el lugar ni la ventanilla correcta para decir eso. Se equivocó en la forma y le costó caro.
La "prensa amiga" que había construido con el paso de los años le comenzó a dar la espalda. Al grado que ya no hubo verso adecuado que le redituara en credibilidad. Todo sonaba a verborrea, a elegante demagogia. Ni el buen uso del lenguaje le funcionó para convencer a sus detractores ni para persuadir a quienes le cuestionaban sobre el cúmulo de derrotas.
Rafa tendrá que replantearse qué ruta tomar a partir de ahora. Ya transitó por todas. ¿Esperar paciente a que algún otro club le abra las puertas? ¿Apostar nuevamente a la parte directiva? O... ¿volver a la hamaca del confort utilizando a los medios como el infalible y benévolo "mientras" como lo hacen otros técnicos?
Respecto a Chivas, Tena no era el único culpable. Y tampoco Peláez. Ninguno juega.
Gran parte de la responsabilidad es de los futbolistas. De los refuerzos que piensan son figuras del futbol mexicano cuando ni siquiera se han consolidado. De los que están más preocupados por lo que se dice en redes sociales y de los que llevan años en la institución sin pena ni gloria.
Pero como el futbolista del Guadalajara tiene inmunidad por aquello de que "son mexicanos", los culpables deben buscarse invariablemente en otros cajones.
Chivas no tiene mal plantel como para estar arrastrando así el prestigio.
Vucetich tendrá que poner las hornillas a fuego alto, volver a sazonar y sacar del menú todo aquel platillo de buena pinta pero que al primer sorbo no sabe a nada.
En tierra de alta gastronomía futbolera, no más jericallas desabridas ni platos de birria fría.
Twitter: @CarlosLGuerrero |