La última vez que los Browns ganaron tres de sus primeros cuatro partidos en una campaña, el entrenador en jefe del equipo era Bill Belichick. Corría el año de 1994, el equipo no se había mudado a Baltimore, y tras ganar seis de sus primeros siete compromisos, Cleveland terminó con marca de 11-5, venció en la ronda de comodines a los Patriotas, y fue eliminado por Pittsburgh en el Playoff divisional. La última ocasión que los Acereros ganaron sus primeros cuatro encuentros de la temporada, el equipo concluyó el calendario con marca de 12-4 y ganó el Super Bowl XIV ante los Carneros de Los Angeles.
Debido a lo anterior, no es descabellado pensar que hace décadas que estas dos franquicias no se enfrentaban con tanto en juego. Y es indiscutible que hacía mucho tiempo que Acereros y Browns no tenían, de forma simultánea, equipos tan competitivos. Y si bien es cierto que el equipo que consiga la victoria dará un paso firme para perfilarse como el rival más peligroso de los Cuervos en la lucha por el título divisional, un triunfo de Cleveland tendría tintes históricos para los dirigidos por Kevin Stefanski.
Desde su llegada a la Liga en 2004, Ben Roethlisberger no solamente tiene una impresionante marca de 23 victorias 2 derrotas y 1 empate contra los Browns, sino que ha ganado todos los partidos que ha disputado contra Cleveland en Heinz Field, un escenario en donde Pittsburgh no pierde ante su rival divisional desde 2003, cuando Tommy Maddox era el mariscal de campo titular.
Hay quien asegura que Roethlisberger hubiera querido ser seleccionado por los Browns en el Draft del 2004, pero aún teniendo la sexta selección global, cinco turnos antes que los Acereros, Cleveland apostó por el ala cerrado Kellen Winslow. Desde entonces, la historia de ambas franquicias ha sido muy distinta, en buena medida gracias a esa decisión.
Así las cosas: una victoria esta tarde tendría un significado muy especial para Cleveland. El equipo parece estar bien dirigido y tener los ingredientes necesarios para ser competitivo y pelear por un lugar en Playoffs. Y si además demuestran que pueden romper con años de frustraciones y ganarle a los Acereros y a Roethlisberger en Heinz Field, podrían dar un golpe de timón a una rivalidad en la que hace muchos años Pittsburgh ha sido el mandón absoluto.
Twitter: @JosePabloCoello |