En 1973 la banda británica Pink Floyd lanzaba su mítico álbum "The Dark Side of the Moon" con una de las carátulas más icónicas de la historia.
En ese mismo año, "El Padrino" ganaba el premio "Oscar" como Mejor Película. Una de las producciones más aclamadas y apreciadas por la cinematografía mundial.
También, la Academia galardonaba a Marlon Brando con la estatuilla dorada por su extraordinaria interpretación del mafioso "Vito Corleone".
Justo en 1973 nacía Óscar Pérez, guardameta de elásticos músculos que ha anunciado su retiro definitivo tras una larga y exitosa trayectoria. El integrante del último Cruz Azul campeón llegaba a este mundo hace 46 años en plena hegemonía de La Máquina.
En ese año, los Cementeros se proclamaban campeones por tercera ocasión consecutiva. Aún olía a romanticismo con los Jalisco, Laguna, Ciudad Madero, orreón y Zacatepec como algunos de los contendientes en la temporada 73-74.
Hace tanto que vimos debutar al "Conejo" que una desempolvada a la memoria es necesaria. Se jugaban aún los torneos largos, el formato de competencia tenía grupos y los extintos Tecos de Donizete y Vucetich resultaban campeones tras vencer a Santos.
Era el lejano 1993 y en la pantalla de MTV (cuando aún era un canal de videos) no dejaba de aparecer "Amazing" de Aerosmith y "Please Forgive Me" de Bryan Adams.
Ya en 1997 y, dos días después de que Cuauhtémoc Cárdenas asumiera como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, llegaba la primera gran recompensa para Óscar Pérez.
El técnico Luis Fernando Tena elegía al "Conejo" como titular por encima de Jorge Campos así como James Cameron optaría por DiCaprio y no por Jeremy Sisto para protagonizar "Titanic" que se estrenaba ese mismo año.
Al ritmo de las "Spice Girls" y los "Backstreet Boys", Cruz Azul sumaría un título más. (El último).
Óscar Pérez merecería mucho más que unos cuantos minutos ante Toluca. Me hubiera encantado que jugara todo el partido. ¿Cuál sería el peor escenario? ¿Perder? Valía la pena el riesgo. Lamentablemente no habrá ni un solo segundo oficial en la cancha. Todo se reducirá a un fugaz homenaje.
Portero de excepcionales condiciones, capaz de tocar con su pie el travesaño a 2.44 metros de altura, casi la cifra del récord mundial de salto que ostenta el cubano Javier Sotomayor de 2.45 metros.
Pudo ser además de conejo (por aquello de los saltos), murciélago porque detectaba movimientos a través del sonido del balón o hasta víbora de cascabel por su visión termo calórica ante el peligro.
Referente e ídolo que irá directo al capítulo de los legendarios de Cruz Azul y México.
Campeón, mundialista, volador y ganador. Querido Óscar Pérez, como decía y cantaba Mocedades cuando naciste en 1973: "Algo así, eres tú...".
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