Algunas conclusiones pueden rescatarse de la fase regular del Guardianes 2020 recientemente finalizada: - El mejor equipo fue el León. El más productivo en la cosecha de puntos, cosecha plenamente sustentada en un magnífico futbol, consistente, vistoso, flexible y eficiente al ataque como el de ningún otro.
- El mejor jugador ha sido Luis Montes, el cerebro de esa espléndida máquina esmeralda de hacer futbol. Un futbolista de elevada capacidad técnica y de un incomparable talento al servicio del equipo, siempre comprometido para asumir al máximo la responsabilidad de participar en los ataques y conducirlos dándoles el cauce adecuado. Nadie más como él para garantizar que el balón que le llega terminará en mejores condiciones que al ser recibido.
- Por lo tanto el León es el principal candidato para quedarse con el título, pero para nada pueden ser descartados de antemano equipos como los Tigres, el América, el Cruz Azul o el Monterrey. O los ejemplares Pumas, a pesar de la probable ausencia de Talavera. Y ni siquiera, porque así de equilibradas e impredecibles están las fuerzas en nuestro peculiar futbol mexicano, pueden ser descartados dos o tres de los restantes colados al repechaje.
- Esa reinstalada fase de repechaje o de reclasificación propició una interesante lucha por los cuatro primeros lugares, lucha que los dos equipos regiomontanos terminaron perdiendo ellos solos; pero también provocó una promoción de la mediocridad más acentuada que en anteriores torneos, con equipos que todavía aspiran al título a pesar de tener más derrotas que triunfos y más goles recibidos que anotados. Es decir, que ni a la medianía llegaron.
- El argumento para añadir esos cuatro partidos de repesca fue que era necesario empezar a recuperar algo de la lana perdida por el receso y el confinamiento, pero en realidad, incluso en los tiempos de bonanza, el criterio económico siempre ha prevalecido sobre el deportivo. Si pierden dinero, porque quieren recuperarlo; y si ganan mucho, porque quieren ganar más.
- La calendarización de partidos no es el fuerte de los dirigentes del futbol mexicano (¿cuál será?), como vuelve a demostrarse con este increíble receso de dos semanas entre el final de la fase regular y el repechaje que jugarán ocho equipos; por no hablar de los 17, 18, 19 o 20 días que deberán esperar los cuatro que se ubicaron directamente en los Cuartos de Final.
- Si desde hace tanto tiempo sabían que se atravesaría esta Fecha FIFA del fin de semana y la mitad de la siguiente, ¿no hubiera sido mucho más conveniente acomodar el calendario de juegos para que esa fecha quedara entre la Jornada 15 y la 16, o entre la 16 y la 17?, ¿o para que cayera después del repechaje, ya con los ocho equipos inscritos en la Liguilla?
- Ese receso puede beneficiar principalmente al América ante su necesidad de recuperar algunas piezas; y podría perjudicar al encarrerado Necaxa, o a un León que nunca perdió la carrera ni el ritmo.
Conclusiones regulares; o sea, de la fase regular... y más o menos cuestionables.
Y ustedes, estimados lectores... ¿cuáles rescatarían?
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