La muy probable desaparición de la Liga de Ascenso corresponde a una realidad: hace años entró en agonía.
Equipos patrocinados con dinero público, finanzas con números rojos, incontables mudanzas y baja capacidad para producir ingresos, están por bajar la cortina de un circuito que, como consecuencia directa, no aportará anualmente un equipo a la Máxima Categoría.
¿Qué tanto se pierde con el cierre del Ascenso? Se puede explicar de varias maneras, pero la más eficaz es la aportación deportiva de los clubes que lo han logrado.
De los útimos nueve ascensos, solo cuatro han logrado mantenerse en pie: Xolos, León, Necaxa y San Luis.
Los otros han tenido diferente suerte, pero su final ha sido trágico: La Piedad se mudó a Veracruz de la mano de Fidel Kuri en cuanto logró el título, con la herencia más penosa de adeudos e incumplimientos que se recuerde en el futbol profesional.
La UdeG duró solo un año en la LigaMX, Dorados regresó pronto; Lobos Buap tuvo que pagar por no descender y luego vendió su franquicia. Y Tapachula no tuvo derecho a ascenso porque carecía de las instalaciones necesarias para ello.
Han sido más las penas que las glorias, considerando además que de los cuatro que llegaron para quedarse, dos de ellos -Necaxa y León- son equipos históricos de Primera División que un día, como el Atlante, tuvieron el infortunio de descender y pasar ahí un buen rato.
La subsistencia del Ascenso no depende de deseos, sino de posibilidades financieras y una Liga alimentada por jugadores veteranos no soporta ya los costos.
La División se ha hecho inviable por sus propios medios porque no logra ser atractiva y porque cada vez más inversionistas tiran la toalla: pocos están al corriente hasta en el pago de sueldos.
Que profesionales de cualquier actividad y de la edad que sea pierdan su trabajo, siempre será lamentable y tendrán que finiquitar sus contratos de la mejor manera posible. Pero es obvio que si el negocio no da para sostenerse, la decisión tenía que llegar en algún momento, afectando a los clubes que lo hicieron mejor.
La Liga que supliría al Ascenso, con límite de edad de 23 años, llenaría un vacío en el que hoy se pierden muchos futbolistas en formación: saltar de la Sub 20 al primer equipo es más que peligroso. Se requiere mayor roce para llegar mejor preparados a la LigaMX.
Los mismos equipos que forman el AscensoMX serán invitados a la nueva Liga, pero con un control financiero estricto, con el 60% de sus gastos de operación garantizados por la Máxima Categoría y una posibilidad de consolidación que hoy no existe.
Las opiniones se polarizan fácilmente en un tema como éste, pero escasean los argumentos para sostener una División a la que los recursos no le alcanzan para vivir con dignidad.
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