Se necesitan diversas habilidades para jugar futbol, además de las físicas y fisiológicas, se incluyen sociales y, por supuesto, las psicológicas. La complejidad de un deporte así no puede ser entendida sin el "factor mental", que incluso puede ser la diferencia en el éxito o fracaso. Aquí es cuando la psicología del deporte debe tomar relevancia como una de las disciplinas necesarias en entrenamiento y formación de futbolistas.
Durante años se ha pensado que el psicólogo en el deporte tiene un rol motivador y a pesar de que es una de las áreas abordadas, no es la única. El entrenamiento psicológico incluye la intervención sobre habilidades y procesos como la atención, concentración, toma de decisiones, flexibilidad mental, control conductual, regulación emocional y del estrés.
Un futbolista tiene que dividir y seleccionar los estímulos necesarios para él, evaluar la situación en la que se encuentra, recordar los aspectos técnico-tácticos importantes en la jugada, concentrarse en lo que tiene que hacer y tomar una decisión. Este complejo proceso se realiza en cuestión de segundos y la cognición, así como el manejo emocional juegan un papel medular en él.
Es por esto que un profesional formado en psicología del deporte es de vital importancia en el futbol, no solo para mejorar el rendimiento de quienes lo practican, sino para ayudar en la formación integral del atleta como persona.
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