Cuentan que en el registro civil de Monterrey cuando presentan a un "niño vivo" para dar lectura al acta de nacimiento, se pregunta el nombre del recién nacido, el de los padres y abuelos, el día en que nació, el hospital y una respuesta que tiene sólo dos opciones: Rayado o Tigre... Créame: no ocurre en ninguna parte del País y quizá del mundo.
¿Es un tema de calidad? ¿Es un asunto de ímpetu? ¿Es una cuestión de identidad? No sé ni quién, ni cómo, ni dónde, ni por qué pusieron a "competir" el Clásico del Norte con el llamado "Clásico Joven", bautizado así por aquel emotivo narrador de Televisa, Gerardo Peña.
La realidad es que si tengo que escoger -y mi padre (QEPD) me enseñó que en la vida siempre hay que escoger- yo me quedo con la pasión que genera, invariablemente, el Rayados-Tigres.
No creo que haya nada con lo que se le compare en el futbol mexicano, a pesar de la trascendencia nacional e internacional (por Estados Unidos) del Chivas-América, o del empuje histórico del América-Cruz Azul y hasta del encono emocional y quizá existencial que significa un Pumas-América.
No, aquí, en el Rayados-Tigres, la ciudad se divide semanas antes, todos esperan el partido con ansiedad y el resultado -para los futbolistas, los entrenadores y los directivos- es el más importante del año, por encima, me atrevería a decir, de una Final de cualquier torneo.
Pero si se trata de buscar otros argumentos para escoger un Clásico por sobre otro, habrá que destacar siempre el tema de la calidad, que es la que puede marcar la diferencia generando "nuevos clientes" alrededor del juego. Hace ya algunos años que los clubes regiomontanos cambiaron la historia competitiva del futbol mexicano.
Apegados a las grandes inversiones, a planteles robustos y profundos y a futbolistas espectaculares -Gignac, ahora en Tigres y, tal vez, el chileno Suazo en días anteriores con Rayados- son dos buenos ejemplos.
Rayados y Tigres provocaron que el América, el Cruz Azul, las Chivas y hasta otros participantes como Santos, Pachuca, León y Tijuana tuviesen que ponerse a la altura, aumentar sus inversiones, reforzarse mejor, crecer en todos los sentidos.
Rayados dio otro paso rumbo a un cambio estructural en el futbol de México: sus instalaciones, su estadio, el mejor del País y de Latinoamérica, y sus campos de entrenamientos y concentración que no le piden nada en lo absoluto a las organizaciones europeas. Desde Monterrey, se transformó la esencia competitiva del futbol mexicano.
Si los juegos son buenos o malos, cerrados o abiertos, espectaculares o aburridos, tiene que ver con otro tipo de factores.
Creo que las emociones han irrumpido demasiado en las consecuencias del resultado. Es tal la presión que hay "por no perder" que se han olvidado de "salir a ganar los juegos". Rayados y Tigres saben que las secuelas del Clásico pueden ser catastróficas, tanto para el aficionado como para los clubes.
El Cruz Azul-América es un partido salpicado de leyenda que se forjó en los setenta. El mayor problema que ha sufrido el partido es la inconsistencia celeste de las ultimas décadas. Cruz Azul empezó a tener ciertas dudas sobre su capacidad competitiva ante el rival de la ciudad y el Clásico, el llamado "Clásico Joven", decayó futbolística y pasionalmente.
¿Se ha intentado recuperar? Sí, sin duda, pero nada será diferente hasta que Cruz Azul pruebe lo contrario y no en un Clásico de temporada regular, sino en una Liguilla, en un escenario "a matar o morir", donde hace tiempo que tiene bien ganado el papel de victima.
Si tengo que escoger, voy con el del Norte, voy con el Regio, al que le sobra calidad y también pasión. Esperemos que los futbolistas y los entrenadores no se olviden de ello a pesar de que las tribunas estarán vacías y el llamado "Gigante de Acero", silencioso...
Mañana: Roberto Gómez Junco y Rubén Romero Twitter: @Faitelson_ESPN |