Después de una larga espera, el tenis profesional regresó para jugarse en un solitario y desangelado National Tennis Center de Flushing Meadows, Nueva York, sede atípica para el Masters 1000 de Cincinnati.
El protocolo de sanidad es preciso: los jugadores llegan directamente al hotel sede, se hacen una prueba de sangre y se encierran en su habitación hasta que se les informe que están libres de Covid-19. Es ahí cuando se les permita el acceso a la "burbuja" del torneo, donde hay canchas de práctica, vestuarios y lugares para comer.
Pero la examinación es exhaustiva, pues cada tres días son sometidos a pruebas para detectar el virus. Éste es el escenario de las siguientes tres semanas, culminando con US Open.
El Masters 1000 de Cincinnati comenzó el lunes con muy buenos partidos como el de Andy Murray que venció a Alexander Zverev. Da gusto ver a Murray mejorando físicamente después de la gravísima lesión que lo obligó a hacerse dos operaciones de cadera en los últimos dos años.
También fue sorprendente ver a Dominic Thiem perder 6-2, 6-1 en su primer partido contra el serbio Filip Krajinovic.
A Novak Djokovic se le vio incómodo y nervioso en su primer partido contra Ricardas Berankis, pero después de tres duelos es el jugador a vencer ante la ausencia de Roger Federer y Rafael Nadal.
La falta de ritmo de juego es evidente en la mayoría de los tenistas, pero son notables las ganas que tenían de volver a la cancha.
Los jugadores profesionales están acostumbrados a un ritmo muy alto de actividad: viajes por todo el mundo, entrenamientos y trabajo físico, algo que de pronto tuvieron que frenar a causa de la pandemia, para estar inactivos por más de cuatro meses; ahora, regresar implica muchas situaciones que nunca han vivido.
Tendrán que ser precavidos y no extralimitarse en los entrenamientos para evitar lesiones, además de ser cuidadosos con las personas con quienes tengan contacto en el día a día y que la comida que ingieran sea de un mismo lugar, preferentemente del torneo mismo.
Por otro lado, los tenistas mexicanos también comienzan actividad.
Giuliana Olmos perdió en su primer partido de Dobles en el Masters 1000 de Cincinnati, haciendo pareja con Christian Kaitlyn. Cayeron en la Primera Ronda ante Yifan Xu y Nicole Melichar.
Renata Zarazúa jugará esta semana en Praga, República Checa y Hans Hach, también en el Challenger de Praga, avanzó a la Segunda Ronda en Dobles, venciendo a los segundos sembrados.
El tenis se reactiva y para los tenistas los ánimos mejoran. Podremos disfrutar este fin de semana viendo los partidos por televisión, aunque sean sin público.
Por lo pronto, queda admirar al serbio Novak Djokovic, al renovado canadiense Milos Raonic y al griego Stefanos Tsitsipas, para, por fin, poder charlar de tenis.
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