"Vox pópuli, vox Dei...".

Chivas no ha tomado ningún riesgo: si funciona -que ojalá fuese así-, ha sido una gran decisión por uno de los mejores entrenadores en la historia contemporánea de nuestro futbol. Si fracasa, la culpa es de él, sólo de él, de Víctor Manuel Vucetich.

Ricardo Peláez, el "verdadero" Peláez, sigue sin escoger entrenador desde sus días en el América. No lo hizo en Cruz Azul donde ya estaba Pedro Caixinha, no lo hizo tampoco cuando llegó a Chivas, donde ya estaba Luis Fernando Tena y, de alguna forma, no lo hace ahora, cuando recurre a un tipo mucho más experimentado y quizá hasta preparado que él en temas futbolísticos. Chivas y Peláez no han tomado la decisión. La decisión ha sido tomada por el aficionado de Chivas que ha pedido con desesperación a Vucetich.

Desde aquel maravilloso verano de 1992, cuando condujo a León a ganar la Liga contra el Puebla de Lapuente, Vucetich comenzó una carrera extraordinaria en la Primera División. Ha sido un director ganador en todos los sentidos, pero hoy, a sus 65 años de edad y con una trayectoria que rebasa las tres décadas, Vucetich ha admitido el reto de dirigir, por primera vez, a un club que solamente utiliza futbolistas nativos. Su única experiencia en ese sentido se refiere a cuando tuvo ocasión de dirigir a Selección Mexicana, apenas dos juegos, en aquella malograda eliminatoria mundialista para Brasil 2014. Chivas ha apostado por un hombre maduro, experimentado, decente, honrado, trabajador y ganador. No hace falta agregar nada más. El resto, como siempre, dependerá del futbolista y de su capacidad de respuesta. De un grupo de jugadores que significaron el gasto más elevado en la historia del tradicional equipo. El trabajo de Vucetich será, primero, reencontrar la disciplina que pudo haberse relajado en los días de Tena y luego, sacar la mejor forma individual de esos jugadores y darles un estilo que sea capaz de competir en una Liga en la que se han ausentado, mediocremente -y yo agregaría el "vergonzosamente"- de la Liguilla en las ultimas 5 temporadas.

La realidad es que Chivas sigue buscando la forma de jugar competitivamente en los "nuevos tiempos" y en las "nuevas reglas" que propone el futbol mexicano. Jugar únicamente con mexicanos cuando todos los clubes rivales utilizan mayormente extranjeros en sus nóminas. Jugar únicamente con mexicanos cuando el futbolista mexicano no sobra, ni en cantidad y mucho menos en calidad. Chivas no ha podido -como siempre lo predijo Jorge Vergara- ser autosuficiente. Depender de su producción, de sus fuerzas básicas, de su cantera para alimentar su capacidad futbolística en la cancha. Ello obligo a Amaury Vergara a desembolsar más de 40 millones de dólares y a traer, antes de ello, a un director deportivo que había ganado fama y reputación ganadora en sus días con el América.

Chivas ha tomado una decisión "segura". Ha ido con el mejor o uno de los mejores entrenadores que están disponibles. La decisión no ha sido ni de Amaury, ni de Peláez, ha sido de los más trascendente que tiene este club: el aficionado. "Vox pópuli, vox Dei".

Twitter: @Faitelson_ESPN