El partido frente al entusiasmado Querétaro de Vucetich parecía que sería sumamente complicado para los Tigres, pero cuando lo difícil se ve fácil, es que el trabajo hecho por el equipo ganador se acercó a la perfección.
La victoria, más que merecida, prácticamente le otorga a Tigres el pase a la Liguilla y le ofrece al "Tuca" Ferretti la oportunidad de buscar, con su cuadro estelar, la próxima fase de la Copa Libertadores.
Bastaron 45 minutos muy bien jugados, con mucho orden, armonía entre sus líneas y, sobre todo, una impresionante contundencia, ya que generaron tres opciones de gol y las metieron, para que Tigres se llevara el triunfo.
Otra vez Damián destacó, además de sus dos goles.
Sale sobrando decir que con ese 100 por ciento de efectividad, los Tigres mataron los Gallos y matarían a las Águilas, a los Jaguares, a los Pumas o a cualquiera que se les ponga enfrente.
En el segundo tiempo bajaron la intensidad y corrieron riesgos innecesarios; no es lo ideal, pero se puede entender.
Con un adversario buscando la remontada con mucha fuerza física y poco futbol, los felinos se dedicaron a manejar el marcador, mejor dicho a "cocinar el gallo", cuidándose además del desgaste físico a que han sido sometidos.
Debo destacar el correcto parado táctico que el "Tuca" mandó al terreno de juego, respetando a una peligrosa ofensiva que había anotado 21 goles.
Tigres jugó con una línea mixta en la zona baja, con 5 en el fondo, que se convertía en 4, en donde me llamó la atención la muy buena participación de Guido Pizarro haciendo una doble función.
Cuando Tigres tenía el esférico, el argentino se adelantaba y se convertía en un contención, y cuando la tenía el rival se transformaba en el tercer central.
Un estilo que requiere de mucha atención, trabajo colectivo y, sobre todo, coordinación.
Bien por el "Tuca" y mejor para los Tigres, que tienen una variante más para cuando sea necesario.
Felicidades a los felinos. La volvieron a hacer y ahora como visitantes.
VICTORIA OBLIGADA Monterrey también la volvió a hacer.
Otra vez jugó mal, pero en esta ocasión se enfrentó a unos Monarcas que fueron peores.
En un encuentro, que más parecía una pelea de dos borrachos con hachas, dejó en claro que los lugares que ocupaban antes del juego, 13 y 18, se los ganaron a pulso.
Monterrey estaba obligado y cumplió con ganar, a como pudo, a un rival que no existió.
No creo que a Mohamed le debe estar importando la forma, si se mantiene con vida hasta la última jornada podría lograr cambiar lo que hoy veo muy complicado.
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