Seguimos sin futbol... que viene siendo lo de menos.
Este incomparable deporte-juego-negocio-espectáculo, que como fenómeno social no tiene equivalente alguno a lo largo, ancho y redondo del planeta, es ubicado en su verdadera dimensión cada vez que nos somete o nos envuelve lo realmente importante.
Así como cuando sufrimos la pérdida de alguien cercano irremediablemente vemos al futbol en su primigenia intrascendencia, así de insignificante lo vemos ahora que pende sobre nuestras cabezas esa moderna y globalizada espada de Damocles en forma de virus.
Ante la inusitada pandemia sólo le corresponde a cada uno de nosotros una pequeña pero vital aportación, que sería grandiosa si la hiciéramos todos.
Quedémonos en nuestra casa quienes podamos hacerlo, y muévanse lo menos posible los obligados a moverse.
Aislémonos para después poder juntarnos; y agradezcamos, por lo pronto, que hasta el momento el ominoso coronavirus no haya golpeado por acá como en otros lares; pero entendamos que golpeará y actuemos en consecuencia.
Un tanto ocultas entre el deplorable maremágnum de la desinformación y las "opiniones" sin sustento, distingamos a las voces informadas y hagámosles caso.
Informémonos mejor para no desinformar, y no le abonemos a esa borreguil polarización política (porque borregos abundan en ambos lados), de por sí crítica desde antes del contagioso y radicalizador Covid-19.
No les creamos a quienes hablan del inminente fin del mundo, pero tampoco a quienes afirman que esto del coronavirus es un invento, una conspiración universal, y que en realidad no pasa nada.
Como sucede con cada uno de nuestros nacionales problemas, en el origen de la actual y radicalizada "controversia" están la ignorancia y el bajo nivel educativo.
Mientras tanto, en el irrelevante mundo del futbol, ante la falta de temas la banalización de los mismos, el abaratamiento de la polémica.
Hablemos y escribamos de futbol aunque no se juegue, aunque se carezca de la esencia del mismo, de eso que semanalmente sucedía en las distintas canchas.
En las diversas y numerosas latitudes futboleras, entre otras surge la pregunta ineludible: ¿qué pasaría con los interrumpidos torneos en caso de que no pudieran reanudarse o concluirse en los tiempos adecuados?
En la Premier League el inobjetable campeón sería el Liverpool, y en las Ligas española, italiana y alemana quizá habría argumentos suficientes para otorgarles el título al Barcelona, a la Juve y al Bayern Múnich respectivamente y con el correspondiente asterisco.
En esas 4 Ligas, el principal problema sería lo del descenso.
Muy distinto, por supuesto, es el caso de la peculiar Liga MX, con el asunto del descenso "solucionado", y en donde resultaría ridículo siquiera pensar en declarar campeón al Cruz Azul con 10 jornadas jugadas y sin Liguilla de por medio.
¿En caso de llegar a esa extrema disyuntiva lo entenderán quienes deben entenderlo y sabrán cómo hacerle para dejarse de bromas y buscar a un campeón en serio?
Aunque en este momento sea lo de menos... esperemos que sí.
Twitter: @rgomezjunco |