Los mellizos sueñan en grande en el final del 2020 con Rayadas y Pumas. FOTO: Especial Desde niños están ligados al futbol. FOTO: Especial

Haber crecido al lado de los Pumas bicampeones marcó el destino de Lucia y Jerónimo Rodríguez Güemes, los mellizos que jugarán la Final del Guardianes 2020 con un día de diferencia; ella defenderá los colores de Rayadas y él los de Pumas.

Tienen 21 años de edad y para llegar a este momento tuvieron que superar todo tipo de obstáculos, desafiando a sus propios cuerpos, que no parecían aptos para el deporte de alto rendimiento, pues tras haber nacido prematuros, les costó el doble de trabajo tener la estatura y el peso adecuado para sobresalir en el futbol.

Ambos juegan como laterales y durante su infancia les tocó aprender a tocar el balón con figuras como Bruno Marioni, Leandro Augusto o Joaquín del Olmo, pues su padre, Sergio Rodríguez era abogado del Club Universidad.

"Jerónimo siempre iba con su papá a las concentraciones, viajaba en el camión, no faltaba a cada partido en el estadio. En las comidas, los jugadores estaban con ellos", revelo Tete Güemes, madre de los mellizos.

Comenzaron a practicar futbol a los 5 años de edad, cuando las mamás de sus compañeros de escuela se organizaron y contrataron un profesor que les daba clases después del colegio en el jardín de la casa de su abuela.

Lucy pidió a sus padres que la incluyeran en el equipo porque no le gustaba separarse de Jerónimo y se aburría afuera de la cancha, esperándolo cada tarde.

Los niños de otros equipos les hacían burla porque tenían a una pequeña en sus filas, pero apenas veían a la lateral burlar a todos y demostrar que era la mejor del equipo y terminaban por mandarle marcación especial.

"Si a los rivales se les ocurría hacerle algo a Lucy, el equipo se les iba encima, la verdad la protegían mucho. No me imaginé que le iba a encantar el futbol, su hermana mayor, Lorenza era de baile y otras cosas, pero ella quiso este deporte y nosotros la apoyamos con todo porque lo único que buscamos es que sean felices, haciendo lo que les apasiona", detalló Tete.

Jerónimo se probó a los 9 años en las fuerzas básicas de Pumas y se ganó un lugar por méritos, mientras que Lucy tuvo que seguir en el futbol estudiantil.

Antes de cumplir 15 años, el lateral de los universitarios tuvo que dejar al equipo, pues no crecía, era muy bajo de estatura para su edad.

Sus padres lo enviaron a Filadelfia y su entrenador, que había trabajado con Alex Ferguson, le dejó en claro que no importaba que fuera extremadamente delgado y pequeño porque no lo necesitaba "para cargar la cancha"; trabajó en su mente y se liberó.

"En el instante en que le quitaron la presión de que tenía que crecer, creció, regresó más alto, más fuerte. Regresó a la Sub 15 y fue líder de goleo", recordó su mamá.

Cuando se abrió la primera convocatoria para jugar en Pumas Femenil en el 2017, Lucy acudió como cualquier otra para presentar sus pruebas.

"Me voy a quedar en Pumas", le aseguró a sus padres y lo cumplió, ni siquiera intentó ir a otros equipos, lo visualizó y logró su objetivo.

Para el 2019, Rayadas se fijó en ella y se la llevó para levantar el título ese mismo año.

Un destino inseparable

Lucia y Jerónimo Rodríguez Güemes eran inseparables en sus primeros años, tenían un lenguaje propio que solo su hermana mayor, Lorenza, entendía.

No hablaban con nadie, ni siquiera en las fiestas infantiles, solo jugaban y se comunicaban entre ellos.

Fue hasta que entraron al preescolar cuando los profesores los separaron de salón, pero más tarde encontraron en el futbol la forma de reencontrarse después de las clases, compartiendo el mismo equipo.

Su primera separación vino cuando Jerónimo ingresó a las fuerzas básicas de Pumas y ya no hubo lugar para ella, que siguió con otro club de niñas. Su madre, Tete Güemes, abogada de profesión, tenía que partirse en pedazos para llevarlos a su actividad vespertina.

Para el 2019, el ahora lateral de los universitarios partió al Real Oviedo de España, pues nunca entendió porque lo bajaron de una pretemporada sin darle alguna razón.

Cuando volvió a Pumas, un año después, su hermana dejó a las universitarias para irse a Monterrey, a seguir su sueño.

A pesar de ello, son más unidos que nunca, se comunican a diario y ahora están a unas horas de disputar una Final, cada uno en diferente trinchera.
@ABenitezCANCHA