"Satanizar" a Guillermo "Billy" Álvarez parece lo más simple de hacer. De ello, seguramente se encargará la justicia. Sigo pensando que la noticia sobre la orden de aprehensión ha sido un duro, penoso y también triste caso del deterioro de un directivo histórico de un club de condiciones también históricas en nuestro futbol.
Reitero -por si las dudas y porque siempre hay alguno que otro despistado y aprovechado de la situación, por no llamarle "mala leche"- que no estoy defendiendo a "Billy". De eso deben encargarse sus abogados. Lo que estoy colocando en contexto es que no se trata de un personaje cualquiera del futbol mexicano.
Además de su gestión al frente de Cruz Azul, habrá que resaltar la influencia y el respeto que se ganó durante más de 4 décadas entre los miembros de la "familia futbolística", donde incluyo de todo: jugadores, entrenadores, directivos, promotores, periodistas y, por supuesto, aficionados. No estoy exagerando si digo que, en algún momento, "Billy" fue la esperanza de un futbol más equilibrado, justo y transparente. Así como lo escucha.
Hace 30, 35 años, estuvo a nada de ser presidente de la Federación Mexicana de Futbol.
"Sí, David, pero les dije que no porque nuestro futbol era, desde aquellos días, un futbol manejado al capricho de los intereses de unos cuantos", me confesó en su oficina del sur de la Ciudad de México hace un par de años.
No entiendo lo que pasó con "Billy". Lamento mucho que haya tenido que terminar así -si éste es el final de la penosa historia-.
Nunca le pedí un centavo ni tampoco ningún tipo de ayuda, pero siempre que hurgué en su interior para encontrar una parte humana y noble, la hallé. Y escuché de muchas historias y personas que cuando se acercaron en búsqueda de un auxilio desesperado, él siempre estuvo ahí.
Lo más preocupante del tema para los que hablamos y opinamos del deporte es el club de futbol Cruz Azul. Espero que esta situación sirva para fortalecer a una de las instituciones más trascendentales en la historia de la industria futbolística mexicana.
Cruz Azul es un patrimonio del futbol mexicano y nadie le va a hacer ningún daño. No hay un peligro de desafiliación y los problemas de sus directivos terminarán siendo problemas de ellos y de la Cooperativa. Deben resolverse en los juzgados, bajo la ley y en la asamblea de cooperativistas.
A partir de ahí, espero que se asomen nuevos y brillantes años para el club. Los que tomen el sitio de "Billy", deben aprender de los errores del pasado. Hay que separar muy bien lo que es la producción de cemento -que, según entiendo, Cruz Azul hace uno muy bueno- con la "producción" y el fomento del futbol.
Creo que tienen todos los elementos a su disposición para mantener a Cruz Azul como un equipo sólido y protagónico del futbol de México.
Siento mucho lo de "Billy". También debe sentirlo el futbol mexicano. Cometió errores y debe pagar por ellos. Y a Cruz Azul, a sus cooperativistas, a sus grandes aficionados, les recordaré: Los hombres pasan, las instituciones, prevalecen.
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