Jornada tras jornada sigue el moderno VAR acaparando críticas y comentarios.
Pero en contra de esas abundantes y crecientes críticas, el "Video Assistant Referee", "videoarbitraje", "VAR" o como cada quien prefiera llamarlo se ha integrado inevitable y necesariamente al "cuerpo arbitral", y por lo tanto se ha convertido en parte del más socorrido pretexto al que en la historia del futbol se haya recurrido para justificar las derrotas.
Con frecuencia mal utilizado, muchas veces vilipendiado y de vez en cuando satanizado, el VAR llegó al futbol para quedarse.
A pesar de la VARiedad de errores que al utilizarlo se cometen, a pesar de a veces estorVARles a los árbitros más que ayudarles, y de otras barVARidades del tamaño de las ortográficas como éstas.
A pesar de los pesares, bienvenido el VAR como indispensable mecanismo en la búsqueda de una mayor justicia futbolera en cada partido.
Llegó, inexorablemente, el VAR para quedarse; pero sin soslayar, por supuesto, la necesidad de perfeccionar esa magnífica herramienta en el afán de reducir el margen de error, de bajarle a ese porcentaje de una o dos decisiones tomadas equivocadamente por cada 10 con las que se enmiendan las inevitables fallas arbitrales cometidas en primera instancia.
Bien harían (por un lado quienes se equivocan al aplicarlo y por el otro quienes se exceden al criticarlo), en entender a cabalidad para qué está el VAR.
Entender, primero, que el VAR tiene la encomienda de intervenir solamente en las acciones abarcadas en el acróstico "PEGII", mencionado por Arturo Brizio en innumerables ocasiones, en cada una de sus didácticas e impecables charlas para los periodistas futboleros (o aspirantes a tales) de los distintos medios de comunicación: Penal.
Expulsión.
Gol.
Identidad errónea (amonestar o expulsar al jugador equivocado).
Incidente no visto (algo importante que se le haya escapado al cuerpo arbitral).
Después, entender que el VAR no debe intervenir en cada jugada "dudosa", sino sólo cuando claramente detecte un posible error del árbitro en la decisión tomada.
En aras de un futbol más justo, es indudable que el VAR llegó para ya no irse.
Con todo y sus bemoles, a pesar de postergar a veces el grito de gol de los narradores, o de ahogar e invalidar el ya proferido por los aficionados o los protagonistas del juego. Y aunque sí ayude a los buenos árbitros pero vuelva comodinos a quienes no lo son tanto.
Que lo apliquen cuando se deba y como debe aplicarse. Que lo pulan, lo perfeccionen y se preparen más y mejor quienes deben prepararse para utilizarlo adecuadamente. Pero que por favor permanezca por siempre el VAR... aunque a veces desVARíe.
Mejorarlo y fortalecerlo para aVAnzaR con el VAR, así, como arrastrándolo letra por letra, integrándolo cada vez mejor a este maravilloso deporte-juego-espectáculo-negocio.
No parece tan complicado, y mucho seguiría ganando la justicia en el futbol... ya que en otros lados tanto pierde.
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