Joan Laporta erradicó a los ultras culés a principios de siglo. FOTO: Especial

Joan Laporta tuvo mano dura contra la violencia.

El ex presidente del Barcelona aguantó daños a su morada, amenazas y hasta un asalto con tal de lograr lo que ningún mandamás del Barcelona había podido hacer: echar a los Boixos Nois de la cabecera del Camp Nou.

Laporta, quien durante su campaña prometió terminar con la violencia, realizó un plan con el que poco a poco fue quitándole poder al grupo de ultras creado en 1981.

Comenzó prohibiendo beneficios como una bodega en el estadio donde guardaban desde instrumentos hasta objetos que servían como armas, posteriormente les quitó entradas gratuitas o descuentos, y el apoyo en el transporte para seguir al equipo fuera de casa.
Además, cuidó que los empleados del club no tuvieran facilidades con los Boixos, hasta que en el 2005 logró prohibirles la entrada al Camp Nou.

En 2019, la Comisión Antiviolencia en el deporte calificó a los Boixos Nois como grupo violento, lo que obligó a los clubes españoles a prohibir en sus estadios la promoción o el apoyo al grupo a partir de bufandas, pancartas o mantas, lo que significó otro golpe para los ultras.


@FEsquivelCANCHA