"El golf descubre el interior de la naturaleza humana, tanto el tuyo como el de tu oponente".
Grantland Rice, periodista de EU (1880-1954)
En los clubes de México, los torneos son el alma del crecimiento y desarrollo interno del deporte.
Promover la competencia ayuda a mantener el ambiente deseado. Existe una buena variedad de torneos, pero siempre el más importante es el anual o interno de cada club.
Desarrollar y encontrar una fórmula exitosa entre competencia y otras actividades para que el torneo perdure no es tarea fácil.
Unos clubes complementan sus formatos ofreciendo premios prohibidos para cualquier amateur. Esos premios son todos los que se ofrecen a los "o'yes, shoot outs o por la misma competencia" y que tienen un valor mayor de 750 dólares (los amateurs deben jugar por gusto al juego y por los trofeos).
Esos torneos, aunque vayan en contra de las reglas, suelen ser atractivos, pero su permanencia nunca está garantizada por los problemas consecuentes que traen, y que cada año los clubes tratan de ofrecer más premios hasta llegar a niveles imposibles de sustentar. Además, los premios ofertados pasan a ser la parte principal y opacan el ambiente de la competencia.
Clubes más tradicionales tratan de mantener el espíritu de la competencia y complementan sólo con algunos premios permitidos. En estos torneos es notorio el enganche entre los jugadores amateurs, quienes compiten y gozan la lucha.
La semana pasada se jugó el Anual del Guadalajara Country Club y volvió a ser todo un éxito.
Hace años, el club perdió el rumbo. Los premios ya no eran suficientes y a los jugadores no les apetecía jugar formatos como stroke play o stableford porque sólo uno o dos de cada categoría vivían la pasión de la competencia.
Regresaron al formato match play en la mayoría de las categorías y volvió la emoción.
En estos torneos, la categoría estelar (scratch) se convierte en el principal espectáculo, y, en el Guadalajara Country Club, esta edición vivió, tal vez, la mejor de su historia.
Álvaro Ortiz (hermano menor de Carlos) hizo scores de 67, 63, 66 para un total de menos 20 en tres días. En segundo entró Guillermo Silva, quien era el dueño de la categoría, pero terminó 9 abajo del par; seguido por Juan Pablo Colín, con menos 7, y Oliver Isaac, con menos 6.
El score de los cuatro primeros lugares es una muestra del entusiasmo por la noble competencia ofrecida, pero el de Ortiz va más allá, al hacer récord de campo para tres días de competencia.
La última vez que se vio algo similar fue con los profesionales Loren Roberts y Hale Irwin, quienes hicieron 20 abajo de par, pero en cuatro días.
El golf de Ortiz es muestra de la preparación que lleva en la Universidad de Arkansas y el alto nivel de juego que está alcanzando.
Es bueno confirmar que el interés por jugar torneos donde la competencia es el tema principal siga siendo atractivo y que, aunque haya otras ofertas, el espíritu por competir trasciende.
Hasta el próximo green.
rafaelalarcongolf@gmail.com Twitter: @ralarcon2009 |