La Fase Regular del torneo entra en su etapa de definición.
Para fines prácticos, podemos decir que inicia la recta final de esa Fase Regular.
Cuando quedan cinco jornadas por jugarse, podríamos clasificar a los 18 equipos en cuatro grupos distintos (de 3, 3, 9 y 3), de acuerdo a los respectivos números y al supuesto potencial de cada uno.
En el primer pequeño bloque, están los Xolos, los Tigres y el Pachuca, equipos que pueden darse casi casi por inscritos en esa Liguilla en la que los ocho mejores pelearán por el título.
Después están los Pumas, las Chivas y el América, que muy probablemente acabarán por instalarse también en esa siguiente fase.
En cambio, entre los lugares 7 y 15 de la Tabla están esos NUEVE equipos que aparentemente lucharán por los otros dos boletos para la Fiesta Final: el Toluca, el Necaxa, el Puebla, el Cruz Azul, el Morelia, el León, el Monterrey, el Atlas y el Querétaro.
Y en el último bloque, esos tres equipos, el Veracruz, el Santos-Laguna y los Jaguares, para quienes la clasificación se presenta como materia imposible.
Como cada cual cosecha de acuerdo a lo que juega, unos siguen aspirando al título y otros solamente a jugar mejor.
Unos jugando cerca del tope, otros en permanente deuda con el buen juego, y casi todos con alarmantes altibajos en el rendimiento.
Quince de los 18, con mayores o menores probabilidades de meterse en esa Liguilla en la que después ya se sabe que el campeón puede ser cualquiera de los ocho participantes en ella.
Varios de esos 15 (por no mencionar a los cuatro o cinco que están urgidos de puntos en la lucha por la permanencia en Primera División) con la obligación de elevar su nivel de rendimiento en esta recta final.
Si no es a partir de ahora... ¿entonces cuándo?
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