La rivalidad entre Bengalíes y Acereros es una de las más intensas de la actualidad, aunque Pittsburgh haya ganado 15 de los últimos 21 duelos. El enfrentamiento tiene un significado especial para ambas escuadras y es, indudablemente, el más atractivo de la Semana 2.
Cincinnati dejó de ser irrelevante a partir de la llegada de Marvin Lewis y se ha clasificado a la postemporada en seis de los últimos siete años. Sin embargo, han perdido a las primeras de cambio en sus siete apariciones más recientes en Playoffs, y la paciencia de sus fanáticos parece estarse agotando. La increíble derrota ante los Acereros en la Ronda de Comodines de la campaña anterior es quizás el capítulo más triste en la gestión de Lewis, y la cita de esta tarde en el Heinz Field se ha convertido en una obsesión.
Y aunque Pittsburgh salió con la mano en alto de aquel enfrentamiento del 9 de enero, está claro que las lesiones sufridas por Ben Roethlisberger y Antonio Brown condicionaron las posibilidades de Pittsburgh para el duelo contra los Broncos de una semana más tarde. En pocas palabras, hay muchas cuentas pendientes entre estos dos acérrimos rivales.
Los Acereros tienen la mejor línea ofensiva en la "era Roethlisberger", y aun con las ausencias de Le'Veon Bell, Martavis Bryant y Ladarius Green, la unidad coordinada por Todd Haley es una pesadilla para las defensas rivales. Antonio Brown es el receptor más peligroso de la NFL, y si Cincinnati no encuentra la forma de presionar y sacar de ritmo al "Big Ben", Brown podría aprovecharse de los esquineros Cincinnati, tal como lo hizo el lunes ante Bashaud Breeland, de los Pieles Rojas.
Del otro lado está A.J. Green, otro receptor de élite que viene de una actuación memorable en la que abusó de Darrelle Revis, en un partido en que Andy Dalton, a pesar de ser capturado siete veces por los Jets, terminó con 366 yardas y sacó la victoria. Mientras tanto, la defensa de los Acereros no termina de convencer a sus críticos y el perímetro es el eslabón más débil. Green es una amenaza temible en trayectorias largas, y puede "estirar el campo" y abrirle el camino por tierra al monstruo de dos cabezas de Giovanni Bernard y Jeremy Hill.
El duelo se jugará con una intensidad diferente y al límite del reglamento. Será un juego de Playoff anticipado, y no me extrañaría que ambas escuadras terminarán con bajas por lesión. Pinta para volver a ser un Clásico y créanme que después de conocer todos estos antecedentes, sería un grave error perdérselo.
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