Las relaciones no se están mejorando entre Rusia y la WADA (World Antidoping Agency, con sede en Canadá), que confirmó que esta semana que sufrió un ciber ataque de un grupo de espionaje ruso conocido como Fancy Bear, al que se le relaciona con el gobierno de Vladimir Putin.
El grupo hacker accedió ilegalmente a la base de datos de los atletas que incluye información confidencial de todos los deportistas, incluyendo algunas excepciones otorgadas por motivos terapéuticos en el caso de los Juegos de Río.
Luego de acceder al sitio de la WADA, Fancy Bear difundió los datos de la gimnasta Simone Biles, ganadora de cuatro medallas de oro en Río, a quien acusó de resultar positiva del uso de una substancia llamada metilfenidato, sin haber sido sancionada.
Lo que los hackers no dijeron fue que a la atleta le fue permitido el uso de esa substancia por motivos terapéuticos, que se habían autorizado con anterioridad.
Lo anterior es importante porque aumenta la tensión que se generó en torno del Comité Olímpico Internacional, y de manera particular con su presidente Thomas Bach, cuando éste se negó a aceptar la recomendación de la WADA en el sentido de vetar a Rusia de los Juegos Olímpicos de Río.
La WADA encontró evidencia irrefutable de un dopaje de Estado orquestado desde los más altos niveles del Gobierno ruso.
Pero ante los fuertes compromisos que Bach había contraído previamente con Vladimir Putin, el presidente del COI se lavó las manos e ignoró la recomendación de la WADA, pasando la responsabilidad a las federaciones deportivas.
De la intromisión de los hackers rusos en el sitio de la WADA podría derivarse una confrontación de proporciones mayores entre esa institución y el gobierno de Vladimir Putin.
Desafortunadamente, la solución a esta problemática, que no es sencilla, está en las manos del COI, de manera concreta en las manos de Thomas Bach, pero la verdad es que la medida de su compromiso con Vladimir Putin es tan grande que lo probable es que se siga lavando las manos, y no intervenga en este problema.
De no tomarse medidas enérgicas, la relación entre Rusia y la WADA seguirá enrareciéndose. Es algo que no será nada bueno para el movimiento olímpico.
Recuerda que correr es salud y algo más, mejor calidad de vida.
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