"La confianza creada en nosotros mismos da nacimiento a la que tenemos en los demás".
Duque François, de La Rochefoucauld Empujar el entusiasmo y crecimiento por jugar golf a temprana edad es vital para el crecimiento del deporte. Hoy en día, las acciones del golf organizado de las asociaciones regionales a través de sus giras cumplen parte de esa función, pero también están haciendo costoso el deporte.
Para enganchar a los niños y jóvenes hay que hacerles descubrir que el golf es un juego y deben divertirse en un ambiente fraternal. Este servidor y otros tantos amigos de mi generación nos enganchamos muy bien al iniciarnos con elementos sencillos y valiosos cuando jugamos torneos en otras ciudades.
A diferencia de otras épocas, en los torneos interregionales, los jóvenes de hoy van de una ciudad a otra "cargando equipaje de más"; van en camionetas con papás, instructores, sicólogos y, en algunos casos, coordinadores del grupo. Sonaría bien llevar tanta gente, excepto que el exceso de equipaje crea ciertas trampas.
Inhibe un tanto la interacción y formación de buenas relaciones entre jugadores de la otras ciudades, ya que al terminar las rondas de, los jugadores de una ciudad sólo convienen entre ellos, se regresan al hotel, cenan en restaurantes y se "concentran" con sus compañeros.
Al principio de los 70, cuando la zona centro (hoy GADO) se subdividió de las zona sur y norte, empezamos a jugar torneos en Morelia, León y Guadalajara. Viajábamos en camión, solos, sin quien nos cuidara; llegábamos a casa de los jugadores locales y viceversa.
Nadie llegaba a hotel, entre todos nos cuidábamos las espaldas y, sobretodo, nos cuidábamos de hacer lo correcto. Los papás de los jugadores locales se convertían en tutores y todos los respetábamos. La competencia era una fraternal rivalidad, tal como está hecho el golf. Si alguien jugaba mal, ahí estaban los amigos para levantarle el ánimo.
La semana pasada nos reunimos un grupo de 25 jugadores de la región en el Guadalajara Country Club para revivir esos momentos y jugadas de hace 45 años, y si hay algo que confirmamos fue que el golf lo aprendimos como debe ser porque a todos nos sigue teniendo enganchados y la amistad formada sigue tan fuerte como siempre. Seguro nuestros profesores, José González, Héctor Fuentes y Juan Villela, que nunca viajaban con nosotros, tuvieron algo que ver en nuestro buen comportamiento.
Cargar con exceso de equipaje está haciendo del golf un deporte caro. Las asociaciones y clubes tienen que formar una infraestructura para solventar un gasto innecesario, además, durante los torneos, el jugador no puede recibir ayuda de alguien que no sea el caddy, y los juveniles ¡juegan sin caddy!
Hasta el próximo green.
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