| | Eso que llaman mentalidad | | Francisco Javier González | 12-09-2016
en CANCHA
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| | | | Podría hablarse de que hay equipos que saben ganar determinados partidos y otros que no.
Que la fatalidad acompaña a ciertos clubes sin importar su plantel cuando enfrenta a su máximo adversario, y que la acumulación de sinsabores -a grado tal que está acuñándose un verbo que representa las derrotas increíbles- pasa por encima de nombres según la época.
Si el Cruz Azul dominó al América en los 70 para ceder el protagonismo una década después cuando el enfrentamiento ya se había vuelto un Clásico, los últimos tiempos son americanistas.
El regreso de las Águilas en la Final del Clausura 2013 es parte de la épica de Coapa. El triunfo más inesperado. El cambio de rumbo más espectacular desde el otro Clásico frente a las Chivas en la Final del penalti fallado por Eduardo Cisneros.
Pero desde ese lluvioso drama cementero hasta el del sábado en el Azul, han pasado muchas cosas. Entre ellas, que en su alineación titular sólo permanecen en el equipo tres jugadores: Corona, "Cata" Domínguez y "Chaco" Giménez.
Del otro lado, persiste igual número de elementos: Moisés Muñoz, Paul Aguilar y Rubens Sambueza.
Por lo tanto, no se puede hablar de que unos les tomaron la medida a los otros. Pero en lo colectivo hay coincidencias que no parecen tan casuales.
Lo que más dolerá en la casa celeste es que las etiquetas se repiten y serán más difíciles de quitar: cuando todo es favorable, se tienen tres goles de ventaja al medio tiempo sobre un rival extraviado y vapuleado, un detalle ayuda a cambiar las cosas.
La expulsión de Aldo Leao Ramírez es para muchos un factor determinante. Pero en aquella Final, la tarjeta roja a Molina fue mucho más tempranera y con desventaja en el global. Sucedió a los 14 minutos. Pese a ello ocurrió la reacción.
El contraste de personalidades colectivas sí que favorece la colocación de esas etiquetas: el América nunca se da por vencido ni en las condiciones más adversas. Y aunque no siempre gana, colecciona victorias históricas por esa cualidad de guerrero.
El Cruz Azul, no obstante la personalidad de su entrenador, no alcanza en esos instantes que hacen la diferencia, a cambiar la imagen de club frágil y vencible. Los hechos ayudan a reforzar una carencia que puede afectar su autoestima institucional. Días como el del sábado son los que pueden cambiar la percepción que termina siendo la misma o hasta más grave. Por eso le duelen tanto estos episodios.
El América está formado por jugadores con mentalidad especial. Los hechos han vuelto a confirmarlo.
fjgonzalez@mural.com Twitter: @fj_tdn | | | |
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