"Eventualmente, todos sufrirán un colapso nervioso".
Stephen Baker, escritor y humorista del golf Los Juegos Olímpicos son un evento que deja una enorme cantidad de enseñanzas, aunque a los mexicanos nos ocupe más la crítica que todo lo que tenga que ver con la actuación de los atletas nacionales o la participación de los directivos.
Competir en olímpicos es un gran logro, a ningún atleta le regalan el lugar, pues llegar es el resultado de gigantescos esfuerzos, tanto en forma individual como colectiva. En el rostro de los medallistas o no medallistas queda plasmado el significado. Todos los atletas mexicanos y no mexicanos que fueron a Río iban con la esperanza de lograr una medalla, aunque las posibilidades fueran mínimas; esa es la actitud y la realidad. Si no fuese así, nadie más que no fuera Usain Bolt iniciaría en 100 o 200 metros planos.
Pareciera ser que los mexicanos sí queremos sobresalir más en el deporte de la alta competencia porque así lo expresa la sociedad, pero carecemos de esa visión de largo plazo requerida, desde la parte institucional, para crear programas en cada deporte enfocados, directamente, a la excelencia deportiva.
Ahora que estamos algunos enojados porque se logró más o menos el mismo promedio de medallas, deberíamos exigir que se le dé al deporte (aunque sea en las disciplinas que pudiéramos ser más exitosos) una visión clara y apostarle al largo plazo.
El Reino Unido hizo un plan hace 20 años, después de que ganaron sólo una medalla. Ahora en Río se llevaron 67. Japón no sólo quiere ser buen anfitrión, sino protagonista y ya lleva años de preparación para lograrlo.
En México, el deporte recibe una dirección para cada ciclo olímpico o cada sexenio y nunca más allá.
La ejecución está en manos de políticos o voluntarios que creen saber hacer de todo, nomás porque les asignan el puesto. Afortunadamente, la Cámara de Diputados ha turnado a comisiones una iniciativa para profesionalizar la titularidad de la Conade, poniendo candados para que no cualquiera sea dirigente del deporte mexicano. De pasar la iniciativa, el titular de la Conade deberá estar calificado y titulado en administración del deporte.
La dirección del deporte mexicano, desde la Conade hasta cada federación, debería estar sólo en manos de personas especializadas y aptas para identificar el rumbo y las necesidades en general y en particular de cada deporte. A cada mexicano que quiere conducir un auto o un avión se le exige tomar un curso y pasar un examen para obtener una licencia; los dirigentes del deporte, incluso deberían pasar exámenes para obtener una licencia. Vamos a ver si en 20 años también ganamos unas 15 medallas al menos.
Hasta el próximo green.
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