Sigue siendo un tema para polemizar: muchos no nacidos en México les quitan la oportunidad a los jóvenes aztecas.
Hablan de eso como si la oportunidad fuera algo que se regala o se puede comprar en la tiendita de "abarrotes y algo más" de la esquina.
Señores, la oportunidad simplemente se gana, se conquista con trabajo bien hecho y pese a todos los problemas que han tenido, los Juegos Olímpicos brasileños fueron una inmejorable vitrina para los jóvenes mexicanos y la desperdiciaron.
Yo, como mucho de ustedes, creía que Hirving "El Chucky" Lozano sería el jugador que al término del certamen dejara boquiabiertos a varios clubes europeos y el sorprendido fui yo.
Simplemente pasó desapercibido, sólo fue uno más que no figuró y desaprovechó las miradas del mundo hacia las canchas brasileñas que buscan a su próximo refuerzo, su joya o su ídolo.
Según lo que pasa con nuestros jóvenes en la liga mexicana, en el caso de no haber ningún interesado por "El Chucky", ¿deberíamos quejarnos con los clubes europeos si no le dan una oportunidad?
Creo en este muchacho, tiene mucho potencial, pero para pensar en Europa tendrá que ganar su oportunidad a través de otra vía, ya que lo poco que mostró en los Juegos Olímpicos no le alcanza para nada. Así es el futbol, así es la vida.
Ya entrando al tema colectivo, el Tri Olímpico no me disgustó y creo que se despidió de su reinado al perder por lesión a Pizarro y principalmente a Oribe.
Los más críticos encontrarán en el Comité Olímpico, en la CONADE, en el árbitro, en "El Potro" Gutiérrez o en Paquita La del Barrio el motivo por lo cual el futbol no alcanzó su objetivo.
Yo voy a lo sencillo: Frente a Corea no perdieron por jugar mal y sí por no definir bien, así de simple.
POR SORPRESAS NO PARAMOS Para los que dicen que los equipos de Concacaf son peritas en dulce, Honduras se clasificó dejando fuera a los argentinos.
Otra sorpresa para mí fue ver a la selección brasileña anotar goles, jugar bien y, sobre todo, jugar colectivamente.
Hasta el miércoles pasado, cuando goleó a Dinamarca, La Canarinha era un fiasco de equipo, más bien, no era un equipo. Pero finalmente jugaron un futbol asociación y se vieron mejor.
Espero que Neymar y compañía hayan entendido que juntos podrán llevar a Brasil a esta tan deseada medalla dorada, pero si insisten en jugar su futbol individualista seguramente serán otra presa fácil del fracaso.
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