La Selección Mexicana de futbol tuvo un buen inicio en estos Juegos Olímpicos de Río 2016.
Al iniciar la defensa de la histórica corona de oro con todo y medalla, la escuadra dirigida por Raúl Gutiérrez confirmó que cuenta con la capacidad suficiente para competir, con buenas probabilidades de éxito, con cualquier otro equipo en este torneo.
Un conjunto que sabe aprovechar las características y cualidades del futbolista mexicano: rápido, incisivo, solidario, equitativo al repartirse labores, agresivo en el trabajo de recuperación del balón.
Con esos y otros argumentos, la escuadra mexicana logró imponer condiciones sobre la alemana durante varios lapsos del partido.
Ciertamente, también desperdició la inmejorable oportunidad de vencer a un adversario mucho menos poderoso de lo que podía suponerse.
Pero a pesar de los errores cometidos, de las distracciones defensivas y de la inconsistencia en su desempeño, el balance tricolor se antoja por lo menos aceptable.
Ahora, el objetivo inmediato debe ser el de obtener una holgadísima victoria sobre el rudimentario representativo de Fiji, al que mañana enfrentarán en la misma cancha del Arena Fonte Nova de Salvador de Bahía.
Como la Selección de Corea ya les endilgó un 8-0 a los frágiles fidjianos, como los alemanes harán seguramente algo similar en su tercer partido, y considerando la elevada probabilidad de algún empate en puntos, para el equipo mexicano la diferencia entre superar o no la fase de grupos puede radicar en la cantidad de goles que anote mañana.
Jugando durante los 90 minutos como lo hicieron el jueves durante 40 ó 50, esos goles deberían de ser muchos.
A ver cuántos son.
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