Penaltis que marcan
El cobro de un penalti no ha sido tan fácil para los cobradores del Guadalajara.
Para el aficionado, los penaltis fallados han dejado un legado de frustración, malos recuerdos y tristezas.
Hace una semana, Carlos Peña falló su tercer cobro desde los 11 pasos al hilo en tres meses.
El DT Matías Almeyda salió en su defensa con una frase cierta, pero cómoda: "Hasta Messi falló un penal".
Especialistas en psicología deportiva consideran que el penalti se ha convertido en un arma de profunda presión y asfixia mental.
En 2014 y previo al Mundial de Brasil, en Inglaterra consideraron trabajar con especialistas la forma de elevar la seguridad y el control de los jugadores en esos tiros.
Un estudio publicado por la BBC explica que Greg Wood y Mark Wilson, psicólogos de la Universidad de Exeter, descubrieron que una rutina en que los jugadores aprenden a fijar su mirada en un punto aumentaba la creencia de que tenían control.
Descubrieron que la ansiedad los lleva a centrar su mirada en el arquero y no los postes, lo que los vuelve proclives a patear en la dirección del guardameta, sin embargo, entrenadores y ex futbolistas consideran que es el reflejo de la fortaleza o debilidad mental del un cobrador.
LA MALDICIÓN CHIVA Eduardo Cisneros fue un volante de aspecto rudo y temible para los rivales, quien llegó a las Chivas procedente del Atlético Potosino.
Jugador puntal para Alberto Guerra en los 80, el "Vaquero" fue considerado un tipo de carácter.
En la temporada 83-84, las Chivas llegaron a la Final contra el América y Cisneros era el mejor cobrador.
"Al Atlas le había anotado dos penales en un Clásico Tapatío. Era seguro, pero de pronto se bloqueó", recordó Ricardo "Snoopy" Pérez, su ex compañero.
El 10 de junio de 1984, en el Estadio Azteca, el América se había quedado con 10 jugadores por la expulsión de Armando Manzo y todo parecía servido para el chiverío. Al 39', Héctor Miguel Zelada cometió penal y Cisneros tomó la pelota.
El portero argentino ya le había atajado uno al rojiblanco en la fase regular, pero el árbitro ordenó que se repitiera el tiro y el "Vaquero" no falló.
En la Final, con 110 mil miradas en el estadio y millones más por televisión, la presión era otra. Lo cobró sin vuelo, anunciado a la derecha y el portero lo atajó.
El América, con uno menos, se encaminó a un triunfo de 3-1 en la única Final entre ambos equipos.
Al año siguiente, en el Clásico en el Jalisco, el "Vaquero" tuvo otro penal ante Zelada y volvió a errar.
La del 84-85 fue la última temporada del mediocampista con el Rebaño. La afición nunca lo perdonó y Zelada se convirtió en su Némesis.
Pasó al Irapuato, donde jugó un último año y optó por un retiro en silencio, alejado del mundo del futbol y de todo lo que le recordara esa tarde.
SE ARRUGA LUIS Alberto Coyote es otro referente de las Chivas, a quien le tocó el infortunio de fallar un penal en un partido por el título. En diciembre de 1998, el Guadalajara, marcado como favorito y cerrando en casa, tenía un penal contra el Necaxa, al 25', en un cerrado 0-0.
Luis García era el cobrador oficial, pero, con todo y su experiencia, sintió desconfianza ante Adolfo Ríos.
"¿Tú o yo?", le preguntó a Coyote, quien se mostró sorprendido.
"Como tú quieras", le respondió el capitán, no con mucho entusiasmo.
"Tíralo tú... yo no me siento seguro", le confesó García.
Con Coyote por arrancar para el cobro, Claudio Suárez, uno de los líderes del equipo, volteó con García y lo cuestionó: "¿Qué onda?".
"Le respondí a Claudio que no me sentía seguro", admitió Luis, 10 años después, "había fallado muchísimas y por eso le di la pelota a Coyote".
El portero necaxista adivinó el penal y el resto es historia.
"Yo era el tercer tirador", recuerda Coyote, "es cierto que Luis García no se sentía en condiciones, Ramón (Ramírez), como segundo tirador, estaba lastimado, y bueno, asumí esa responsabilidad, desgraciadamente, para mí y para toda la afición, fallé".
García, ahora comentarista de TV Azteca, no elude la responsabilidad.
"Desde ningún punto de vista justifico el que no lo haya tirado, era mi responsabilidad, no asumí como debí haberla asumido, pero también creo que en este deporte el que no haya tenido desconfianza o inseguridad es un mentiroso".
Luis anotó goles con los Pumas, el América, el Atlético de Madrid y la Selección, pero ese penal le provocó dudar de sí mismo.
"En lo más mínimo (me arrepiento); digo, lo ideal era que lo hubiera tirado, anotarlo y ser campeones, pero equivocarme en ningún momento, pensé que era la decisión adecuada, pensando en un beneficio del equipo. Algunos me lo criticaron muy severamente, pero fue uno de los múltiples aprendizajes en mi carrera".
García, quien ese torneo llegó a las Chivas con Ricardo Peláez, es señalado por algunos aficionados como el gran responsable de esa derrota.
Y RAFA LA VUELA El último rojiblanco que vio volar un título para el equipo por un penal fallado fue Rafael Medina.
Para Hans Westerhof, en la Final del Clausura 2004, el volante nacido en Tonalá era su mejor tirador después de Ramón Morales.
A ninguno de los cinco en la tanda de desempate se les preguntó; Westerhof sólo avisó quiénes y en qué turno tirarían.
"(Medina) es el mejor tirador y nunca había fallado un sólo tiro en los entrenamientos. (La lista) estaba hecha desde antes del partido. Estaban Ramón Morales y Alberto Medina, pero como salieron durante el juego, elegimos a los de más experiencia y no fue difícil", dijo el holandés.
Por las Chivas tiraron y acertaron Adolfo Bautista, Manuel Sol, Francisco Palencia y Omar Bravo, hasta que le tocó a Rafa el más importante. El nervio se reflejó en su rostro, voló su tiro y los Pumas celebraron.
"Me siento muy mal, no sé ni qué decir, no tanto por mí, sino por la gente", dijo el volante, un día después.
Se retiró años después; nunca volvió a jugar en Primera División.
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