Las Semifinales de la Euro tienen un rasgo que las asemeja a las de la Copa América: varios de los presuntos protagonistas se quedaron en el camino.

Si Uruguay, Brasil y Paraguay volvieron a casa muy pronto, en Europa sucedió lo mismo con Inglaterra, España y Bélgica.

Todo lo que sucede en la eliminatoria para el momento decisivo puede no tener nada que ver. Los favoritos, que pueden llegar con 10 victorias consecutivas a Octavos, como los ingleses, pueden hacer el más espantoso ridículo y ser eliminados por unos trolls islandeses que hicieron soñar a su pueblo.

Algunas cosas están cambiando y entre ellas hay que apuntar la mentalidad imbatible de Alemania.

Contra Italia, ambos se cansaron de fallar penales y si bien los teutones avanzaron, estuvieron en la lona tres veces y sólo la mayor debilidad azzurra les permitió cantar victoria tras el noveno penal.

El cansancio, la falta de aplomo o todo junto derivan un partido Alemania-Francia que nos recuerda la Semifinal de España 82, en la que vivimos los tiempos extra y los penales más trepidantes de la historia.

La conformación de las llaves y los incontables tropiezos inesperados han confeccionado dos enfrentamientos desiguales: el Francia-Alemania es casi un Clásico y el Portugal-Gales, el choque de dos meritorios que fueron ayudados por la ruleta del futbol a vivir un rato en el penthouse de los vecinos ricos. No es que se hayan encontrado tirado el pase, pero no tienen la calidad de varios caídos.

Si España será capaz de jugar igual que en sus buenos tiempos, si Messi regresará con Argentina, si México ya sabe que fue lo que le pasó y si los ingleses volverán a ser lo que todos nos imaginamos que son, coincide con un final de temporada con tobillos golpeados, músculos cansados y ánimos rotos.

En la Euro la fuerza se impone al talento en una representación de gladiadores más que de arquitectos. Por lo menos sucedió hasta que los franceses pasaron por encima de unos vikingos sorprendentes por su fuerza y porque le sacan medio metro a cada hombre que marcan.

Si Galeano pedía esa jugadita genial por los estadios del mundo, agradecemos las de Vidal, Alexis y Messi en la Copa América.

Seguimos esperando que Europa cumpla la promesa que tiene pendiente.
 
 
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