foto
Que no juegue la complacencia
Francisco Javier González | 09-06-2016
en CANCHA
compartir por:
Nuevo compromiso para el Tri.

Uno de esos que se suponen de rutina por la potencia propia y las carencias ajenas.

Este pensamiento, que tiene absoluta argumentación, es tan verdadero como peligroso por lo que la historia ha reiterado a través del tiempo.

Se supone que México se crece ante los adversarios de etiqueta y concede demasiado a los que visten overol. Y esa extraña propiedad del seleccionado tricolor de mimetizarse según el color del rival invita a que en esta etapa de Juan Carlos Osorio también haya un cambio de comportamiento.

Esa Jamaica peligrosa como diablo cuando juega en Kingston y llamativa por la cantidad de jugadores que actúan en Inglaterra, pierde fortaleza cuando se reúne para un partido fuera de casa.

Si su condición de finalista en la última Copa Oro se debió a una increíble noche en que la decadente Selección de Estados Unidos falló todo lo que podía fallar en la Semifinal, el partido por el título le entregó noticias diferentes.

México atravesaba una crisis de credibilidad que sin embargo era correspondida con resultados.

Andrés Guardado había sido señalado por la ultraderecha del futbol como un forajido por convertir contra Panamá un penalti que el cielo le había regalado.

En ese duelo, previo a la salida de Miguel Herrera por el incidente extra cancha de todos conocido, parecía sellar la polémica con una goleada irreprochable frente a una Jamaica a la que le salieron todas sus goteras.

La racha victoriosa del Tri data de esas fechas. Sus 20 juegos sin perder y las 10 victorias consecutivas que suma hoy, le tienen que marcar favorito para garantizar su segunda victoria del torneo y prácticamente el liderato de su grupo.

Jamaica es un equipo que juega siempre a lo mismo porque no tiene más que ofrecer.

Peligroso con el espacio largo en el que sus velocistas del balón pueden hacer daño, contrastan con una defensiva que suele desacomodarse y en el mano a mano con el que bien cuenta México, ser vulnerable no obstante su entusiasmo.

El viejo Rose Bowl de Pasadena es como una segunda casa del equipo mexicano. Muchas son las batallas que ahí ha librado y vencido.

La última de ellas es una de las más gratas: el triunfo sobre Estados Unidos en el interinato del Tuca que le dio el boleto a la Confederaciones.

A diferencia de los caribeños, México tiene material e ideas en exceso. Algunas de ellas le hacen cambiar de planteamientos y posiciones cada vez que al técnico le parece conveniente.

La tarea de Osorio, sin embargo, consiste en evitar lo sucedido en el complemento ante Uruguay: la desconcentración, el exceso de confianza y la falta de consistencia son amigos del Tri y es momento de sacarlos a patadas de la casa.

 
fjgonzalez@reforma.com
Twitter: @fj_tdn
 
 
 
 
compartir por:
C.P. por la Universidad La Salle. Ingresó a los medios a los 14 años. Trabajó en radio y en 1985 ingresó a Imevisión, hoy TV Azteca, donde permaneció 16 años. Ha ocupado, entre otros cargos, la Jefatura de Deportes de TV UNAM, de Noticiarios Deportivos de Imevisión, la Gerencia de Deportes de Grupo Acir y, actualmente, las direcciones de contenidos de Estadio W y de Estadio W para la cadena SKY. Ha cubierto 7 Mundiales de fútbol y 4 Olimpiadas.
Resumen Noticioso
¿Quieres recibir en tu e-mail la columna editorial de Francisco Javier González?
1 mes2 meses3 meses
Ultimas columnas
México iluminó la Copa
06-06-2016
Que venga el siguiente
02-06-2016
El drama de la última escena
30-05-2016
Ambos, por una nariz
23-05-2016
Eternos puntos suspensivos
19-05-2016
Manotazos sobre la mesa
16-05-2016
Liguilla luminosa
09-05-2016
Puma emboscado
05-05-2016
Partidos sin fin
02-05-2016
Japón en la agenda compartida
28-04-2016
Dos caras del triunfo
25-04-2016
Liguilla anticipada
18-04-2016
Pregúntenle a Rafa
14-04-2016
Los de arriba y los pobres
11-04-2016
Penúltimo sorbo copero
07-04-2016
Fiesta en rojo y blanco
04-04-2016
Futbol sin trucos
31-03-2016
¿Caminando otra vez?
28-03-2016
Otras columnas
San Cadilla
SAN CADILLA
Bonifacio Núñez Vega
No progresa
El Rompehuesos
Sabor agridulce