Increíbles las sorpresas que sigue dando el futbol.
Sorprendente la forma en la que el Real Madrid rescató un título que parecía perdido, y sorprendente que a esa importantísima Final de la Champions League llegara el Atlético de Madrid junto con la escuadra merengue, y no equipos como el Barcelona y el Bayern Múnich, evidentemente con más y mejor futbol.
Sorprendente, también, cómo en la Gran Final de la Liga MX el Pachuca anotó en el último minuto para coronarse como campeón, en un partido en el que jugaba con un hombre menos y se había salvado de ser goleado, entre otras cosas por obra y gracia de su ejemplar portero, Óscar Pérez.
Así se convirtió el Pachuca, increíblemente, en el tercer campeón consecutivo de esta peculiar Liga MX (después de Santos y Tigres) que es superado con amplitud, no en el marcador pero sí en cuanto al futbol desplegado, en el último y definitivo partido del torneo en que se corona.
Y tenemos como contraste, sorprendente también pero por distintos motivos, el caso del actual Leicester, uno de los más grandes ejemplos y una de las máximas sorpresas en la historia del futbol.
Muy lejos de contar con el mejor plantel de la Premier League, de repente este equipo, de un año a otro, fue capaz de convertirse en el mejor del torneo.
Convicción a plenitud de lo que busca en la cancha, preparación física a tope, indeclinable esfuerzo en todo momento y en todo el terreno, inusitada velocidad para recuperar la pelota y para desdoblarse al ataque cuando es recuperada, dominio de los cambios de ritmo, plenos convencimiento y solidaridad para resolver colectivamente las cosas y para encarar cada circunstancia de cada partido.
Auténticos argumentos de campeón y un maravilloso ejemplo para todos.
Así se confirma, en distintos lares, lo sorprendente del futbol y la posibilidad que ofrece para acceder a los títulos de diversas formas y por diferentes caminos.
Que cada quien elija el suyo.
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