Hoy, en su segunda Final, Diego Simeone quiere ser el tercer entrenador argentino en ganar la Champions. Que nadie le recuerde la suerte de su compatriota Héctor Cúper, quien perdió dos sucesivas dirigiendo al Valencia.
Hasta ahora solamente ha habido un par de estrategas gauchos campeones de Europa. Luis Carniglia, un delantero que jugó en el Atlas de Guadalajara entre 1945 y 1948, consiguió un doblete para el Real Madrid (1958-1959). Helenio Herrera, al frente del Inter de Milán, obtuvo la gloria en 1964 y 1965.
La historia de frustraciones de Cúper, actualmente seleccionador de Egipto, comenzó con sus primeros pasos de entrenador. Dejó de jugar como defensa en Huracán de Buenos Aires y allí debutó en la banca. En la primera temporada, en 1994, pudo salir campeón con solo empatar con Independiente, pero no lo consiguió. En 1996 logró un título de la Conmebol dirigiendo a Lanús, bautizado como "la cuperativa" por el estilo que exigía de equipo y sacrificio.
En España recaló en el Mallorca al que llevó a la Final de la Copa del Rey, ¡que perdió por penales ante el Barcelona de Van Gaal! El Valencia lo contrató para sustituir a Claudio Ranieri, seducido por el Atlético de Madrid. El italiano había clasificado para la Champions después de 30 años. Cúper aprovechó la oportunidad. Con algunos ajustes hizo del Valencia un equipo contundente. Goleó 5-2 a la Lazio, donde jugaba un medio llamado Diego Simeone. Después pasó por encima del Barsa, en Mestalla, 4-1 en las Semifinales. Llegó a la Final de París ante el Real Madrid casi como favorito, pero fue apabullado 3-0.
Al año siguiente, en 2001, el rival era el Bayern Múnich y el escenario, como ahora, San Siro. El partido terminó empatado a uno y en la tanda de penales los alemanes fallaron menos. ¡Otra vez sin nada!
Cúper emigró al Inter y en su segunda temporada llegó al último partido con chance de campeón. Tenía a Ronaldo en la cancha. Se puso en ventaja dos veces, pero dos veces le empató la Lazio. Los romanos hicieron el tercero y el jugador que inició la debacle ni siquiera festejó su gol de cabeza. Era Diego Simeone. Luego vino el 4-2. Cúper se quedaba en la orilla nuevamente y Simeone, que luego sería interista, se cruzaba en el camino.
"Alguien me decía: 'El futbol está en deuda con usted'. ¡De ninguna manera! ¿Qué me faltó una Final? Bueno, está bien, pero depende de cómo lo mires, llevar al Valencia a dos Finales de la Champions es un éxito", confesó el timonel santafesino años más tarde en una entrevista.
Cúper, San Siro, Simeone: una red digna de Champions.
EL CORNER La letra del himno de la Champions canta loas en inglés, alemán y francés. Con tres campeones de la Liga en tres años, ya debería incluirlas en español.
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