La previa de la Final de mañana de la Copa del Rey entre el Sevilla y el Barcelona se jugó en la prensa y en los tribunales durante tres días. Los blaugrana lograron un triunfo de última hora cuando el árbitro, un juez de lo contencioso administrativo, sentenció que no era procedente la prohibición de banderas independentistas catalanas, que había ordenado la Delegación de Madrid del gobierno español.
Una organización de abogados, y luego el club culé, tramitaron los amparos por considerar que exhibir en los estadios la bandera catalana con una estrella, la estelada, no contravenía ninguna ley ni reglamento deportivo y era parte del derecho a la libre expresión.
La autoridades, encabezadas por la delegada Concepción Dancausa, habían fundamentado su decisión en que el símbolo independentista podía generar "violencia, racismo, xenofobia, intolerancia en el deporte". Hay que recordar que la misma UEFA ha multado al Barcelona en más de una oportunidad porque sus aficionados enarbolaron la "estelada" en partidos de la Champions.
Además de las declaraciones de los políticos y partidos independentistas en contra de la medida, el presidente del gobierno catalán, Carles Puigdemont, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, anunciaron que así no iban al partido. Lo mismo dijo la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, en apoyo a su colega barcelonesa.
El Presidente en funciones, Mariano Rajoy, sostuvo que la medida estaba sustentada en los reglamentos del futbol español. El presidente de la Liga, Javier Tebas, defendió el argumento porque "es la Copa de España y las esteladas son símbolos que defienden la destrucción de España".
Varios organismos independentistas habían encontrado el antídoto: repartir entre los aficionados culés unas 10 mil banderas de Escocia "que quiere decidir de manera democrática", dijeron, su separación del Reino Unido.
La estelada, que tiene más de un siglo, fue prohibida durante las dictaduras de Primo de Rivera y Franco por ser un símbolo antimonárquico y antiespañol. El Barcelona nunca ha ocultado su simpatía por la causa independentista. En 1926 el Camp Nou estuvo clausurado por seis meses, después de una silbatina a la Marcha Real. Sin ir más lejos, durante la Final de la Copa del Rey del 2015, las aficiones del Barsa y del Athletic de Bilbao se unieron para silbar el himno español ante el Rey Felipe VI.
Este domingo las esteladas podrán flamear en el Calderón con la bendición de la justicia porque no encontró pruebas de "que puede incitar a la violencia, el racismo, la xenofobia o cualquier otra forma de discriminación".
En el palco estarán, el Rey Felipe VI, los independentistas, que dijeron que siempre sí, y las autoridades del Gobierno, que impulsó la prohibición.
Todos juntos viendo a las estrellas... del futbol.
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