Podemos imaginar el escenario que se montará el sábado en el flamante estadio de los Rayados.

Un lleno absoluto, el equipo lleno de fervor apoyado por sus ansiosos partidarios y un grado de decibeles casi insoportable para el oído humano.

El equipo de Antonio Mohamed habrá visualizado esta imagen totalmente predecible desde el momento en que pisó su vestidor tras la derrota en el Azteca.

No obstante la mala primera mitad que ofreció ante los Tigres para perder lo invicto en su nuevo inmueble, considerará que eso fue sólo un tropezón ya salvado.

Pese a la reacción que le impidió sufrir un daño mayor en su visita al América, el Monterrey volvió a padecer el mal de altura que le aqueja en la Ciudad de México cada vez que la visita.

Así, Pabón no fue el goleador implacable que más le ha redituado a Mohamed en su gestión. Ni Funes Mori el delantero letal que ayudara a derribar el fuerte amarillo. Ni de Nigris, evidentemente, el héroe que viniera de la banca para marcar el gol del empate que se le presentó en condiciones totalmente favorables.

Rayados entonces, falló. Si en toda la historia le había marcado sólo tres goles al América en partidos de Liguilla jugados en el Azteca, la cuenta se mantuvo así de fría.

Las Águilas sorprendieron tanto al adversario como a Rubens Sambueza, al dejarlo en la banca. Por las razones que le hayan acompañado, Nacho Ambriz decidió dejar en la manga a una de sus principales cartas.

El futbol que del anfitrión fue directo y frontal. El mejor Darwin Quintero que ha jugado en el América ganó de todas todas con una explosividad y capacidad de desborde que hizo ver extraña su sustitución precisamente para darle paso al héroe extrañado.

El magistral gol de Osvaldo Martínez abre los puntos suspensivos para la vuelta. Nada está definido aunque el no recibir gol de visitante pueda ser una doble ventaja para los capitalinos. Con ese sistema de competencia se juega distinto a como se hacía antes.

El que el "Turco" haya perdido su invicto en sus visitas a las Águilas -tenía una victoria y tres empates- podrá ser anecdótico si sus Rayados son capaces de revertir. Las penas con pan son menos.

La mentalidad americanista parece estar inmune y ser el factor, que junto con su calidad de plantel hace temible.

Abrirá el segundo telón de las Semifinales esta noche con un duelo fraterno, pero no por ello menos disputado entre León y Pachuca.

Será una serie distinta a la de aquella cercana Final que ambos disputaron con título leonés.

Los niños tuzos se han convertido en hombres y deberían de ser favoritos. Si aquella vez perdieron por su novatez, ahora tendrían que ganar por su calidad.

 
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