Renato Cesarini, Nacho Trelles, Arpad Fekete, José Antonio Roca, Raúl Cárdenas, Carlos Reinoso, Ricardo Ferretti, Víctor Vucetich, Enrique Meza, Manuel Lapuente o Ricardo La Volpe... ¿Escuelas, legados, rivalidades, resultados o influencias?
En días recientes me encontré con una discusión sobre el legado de Tuca dentro del futbol mexicano, pero también con la resistencia para acreditarle los honores que con toda justicia merece, tras 25 años casi ininterrumpidos de dirigir.
Una de las rivalidades más famosas entre dos estilos de juego es la de Bilardo y Menotti. A partir de ellos fueron señaladas dos escuelas muy marcadas en Argentina que Valdano (dirigido por ambos en algún momento) definió así: "Menotti es un esteta que no rechaza el avasallamiento. Cuando todo ha fallado, hay que jugarse la vida... Bilardo responde como un hombre práctico. Lo que no se logró en 85 minutos no se logra en cinco; si un equipo se vuelve loco, termina perdiendo lo que tiene".
En el futbol mexicano de los 90 a la fecha, La Volpe y Lapuente se erigieron como los creadores de sus respectivas escuelas que, en teoría, hoy cuentan con muchos seguidores que han logrado grandes éxitos. La Volpe es un obsesivo de la posesión y las referencias a través de la repetición y el castigo... Lapuente no se preocupa por el balón, pero sí apuesta fervientemente por el orden, la disciplina y el error del rival.
Una tercera escuela mexicana fue magistralmente llevada a cabo por Miguel Mejía Barón y, casi de manera paralela, continuada por Ferretti: '"Arroz y frijol" es como ellos mismos definen su idea futbolística. Pragmatismo puro: si existen las condiciones para llevar a cabo algo se hace, de lo contrario es necesario adaptarse y poner en práctica un plan B, por supuesto, debidamente entrenado.
Los números de Tuca son tan buenos o tan malos de acuerdo a la intención con que se vean y al momento en que se analicen. No hace mucho, quizá seis meses atrás, dirigió al mismo tiempo al campeón del Apertura y a la Selección Nacional con gran éxito. Hoy se le recuerda incluso su derrota en la Final de la Libertadores, de la Concacaf y su incapacidad para anotarle a Veracruz en su estadio.
Escuelas, rivalidades, resultados o influencias; no importa. Cada uno con sus virtudes y sus defectos, pero cada uno con un lugar y una aportación innegable a nuestro futbol.
El legado de Ferretti no se localiza en una escuela como tal, su herencia tiene que ver directamente con los cientos de futbolistas que ha dirigido y a quienes, en gran número, les cambió su manera de entrenar, les corrigió conceptos básicos, les abrió los ojos para cuidar su profesión, les inculcó disciplina y les puso como ejemplo que el arroz y el frijol no sólo son la comida mas elemental y básica, sino que esa misma sencillez es la base para desempeñarse cotidianamente y, sí: para jugar futbol al más alto nivel.
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