Cuando van a cumplir en el cargo tres semestres, los encargados de las designaciones siguen con la misma metodología que se realizaba cuando llegaron, donde prevalece lo visceral y la incongruencia.
Es el caso del silbante Óscar Macías, en el Clausura 2015 le dieron 13 juegos aunque no lo convocaron a la Liguilla de dicho certamen. En el pasado Apertura 2015 silbó 12 compromisos en la Fase Eliminatoria y sólo asistió a la Fiesta Grande como cuarto oficial en dos ocasiones: Cuartos y Semifinal.
En este torneo, portando ya el gafete FIFA, pitará su cuarto duelo en el Veracruz-Monarcas, pero no está convocado a la próxima Liguilla ¿Cómo entender este proceder con el silbante hidrocálido?
Misma situación se da con Jorge Antonio Pérez, quien siendo internacional desde el 2015, le dieron nueve y siete partidos en los mencionados torneos, respectivamente, y en el actual, el Monterrey-Toluca será su sexto trabajo.
Para continuar con los ejemplos de incongruencia en las designaciones, está Roberto Ríos al que sólo le dieron el silbato en la primer jornada como central en el Monarcas-Cruz Azul, y luego lo colocaron 13 ocasiones como cuarto oficial y también en los dos torneos del 2015 sólo le dieron como central dos partidos en cada uno, usándolo el resto como cuarto.
Como verán los redentores del arbitraje siguen en la misma mecánica de sus antecesores.
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