Dos equipos recibieron seis goles este fin de semana.
Los Xolos de Tijuana y Chiapas -de frontera a frontera- fueron seriamente lastimados por sus adversarios, que no en balde ocupan los dos primeros puestos de la Tabla: Monterrey y América cosieron y cantaron en la fecha cabalística aunque las Águilas en un inicio más prometedor de Xolos, se vieron en desventaja.
Uno de las verdades del futbol dice que quien más tiene, mejor puede.
Y pese a que lo lógica no acompaña siempre al que presume más posesiones, tener planteles amplios, con la calidad suficiente y el trabajo adecuado, hace que lo demás caiga por su propio peso. Tigres, en todo caso, es la excepción que confirma la regla. Verlo en el noveno lugar de la Tabla y, por lo tanto, fuera de la Liguilla en este momento, resulta complejo para el campeón vigente. Tal vez el año le pasa factura por la saturación del torneo anterior con todo y Libertadores.
Volviendo al severo castigo de Xolos y Chiapas, al que podemos añadir a la humillación del Puebla en su campo, encontramos un denominador común: los tres enfrentaron a equipos enrachados -Chivas ya lo es también- y los tres sufren problemas económicos que les han hecho desprenderse de jugadores importantes del pasado reciente -Xolos ha clasificado sólo a una de seis Liguillas después de su título- y sufrir desde la parte directiva por el flujo de caja que cada quincena quita el sueño y refleja la inconformidad.
Los propios futbolistas dicen que cuando el Puebla cobra, Chiapas deja de hacerlo y cuando la fiesta llega a Tuxtla Gutiérrez, en la Angelópolis hay caras largas.
Difícil y costoso es poseer un equipo de Primera División, pero obligado es sacarlo adelante porque la fiesta no para.
Monterrey, América y Pachuca resisten el paso de las semanas y de los malos momentos que les han aquejado, para ser hoy, junto con Chivas, los equipos de mejor desempeño en el circuito.
Los tres tienen explosión y velocidad. Saben jugar frontalmente, tienen en la banca un grupo de suplentes que otros envidiarían para estelares y acumulan buenos resultados semana a semana.
Chivas, que ha rebasado adversarios en las últimas jornadas, aparece por primera vez en el torneo dentro de zona de clasificación y ya resultaría más extraño que quedara fuera a que clasificara: encontró un estado de gracia añorado y esquivo con ese juego que combina riesgo con acierto.
En un mes terminará el torneo regular y sabiendo lo sorpresiva que es normalmente la serie final, entre esos cuatro está el favorito para campeón.
Si la definición empezara mañana, esa sería la apuesta más segura y convincente.
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