Las diferencias no son una barrera... No discriminamos... Respetamos las opiniones de todos... No acepto la violencia... Toda persona es digna de respeto... Yo sé perdonar... ¿Y tu?

Nadie en su sano juicio podría darle la espalda a estas frases llenas de valores que nos transmiten, a través de un video, nuestros seleccionados nacionales en la campaña "Abrazados por el futbol".

Hasta ahí todo va bien, donde inician los cuestionamientos es en la razón por la que fue lanzada dicha campaña: para erradicar el grito... "Ehhhhhh puuuto!" durante los partidos de Selección Nacional.

He leído columnas y opiniones bien fundamentadas acerca de esta moda (nada nueva) tan arraigada y hasta exportada; casi todos opinan que es un grito discriminatorio, innecesario y ofensivo. Yo, que durante 15 años recibí toda clase de insultos, cánticos y mentadas en una portería, puedo decir, sin temor a equivocarme, que a ningún arquero le ofende que le griten "Puto" miles de personas cuando va a despejar.

Hasta hoy las razones para pretender erradicar dicho grito no se han enfocado en los porteros, quienes deberían ser los únicos ofendidos. Porque no me diga usted que los estadios son libres de insultos y malas palabras, más allá del "Puto" en los despejes de meta.

Sí, la afición que acudió al Estadio Azteca el día del lanzamiento de la campaña gritó 14 veces "Puto" con más enjundia que antes ¿Por qué? Porque la gente tiene la idea que la FMF tiene mucho dinero, la gente sabe que la FMF fue multada por la FIFA, que también tiene mucho dinero y ha sido muy corrupta. Y la gente sabe que hay razones mucho más indignantes para sancionar que un grito folclórico en el estadio, ni siquiera tan inapropiado como para ser bloqueado por la televisión durante las transmisiones.

Esta misma semana Amnistía Internacional denunció violaciones a los derechos humanos, mediante el maltrato que reciben trabajadores contratados, para construcción o remodelación de estadios, rumbo a la Copa del Mundo de Qatar. Trabajos forzados, condiciones de vivienda infrahumanas, disminución en el salario de manera arbitraria, retención de documentos e imposibilidad de abandonar el país, entre algunos delitos que la propia FIFA se ha hecho de la vista gorda ¿Algo un poco más serio que el grito de "Puto", no cree?


Ahora bien, la FMF tenía de dos sopas: confrontar a la FIFA por una tradición que a ningún portero ofende y que se acostumbra en todos los estadios de su Liga, o tratar de combatirlo mediante una campaña que en ningún momento invita a no gritarlo, precisamente porque no hay elementos para obligar al "respetable" a no hacerlo. Se decidió el segundo camino y, al menos en el primer intento, podría incluso pensarse que los gritos iban dirigidos hacia las oficinas y no tanto hacia el arquero, justamente por el intento de prohibición disfrazado de plausible campaña en pro de la igualdad, el respeto, la paz y el perdón.

Al final de cuentas debemos aceptar, así, abrazados, las palabras de Octavio Paz, quien desde hace mucho nos lo informó: "Para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o ser chingado".

 
 
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