Al repetir a siete silbantes de la pasada jornada, los encargados de las designaciones se olvidan de aquella declaración: "los que arbitran bien, repiten".
Sólo "castigan" o paran a Paul Delgadillo por aquellos penales del Atlas-Cruz Azul y a Jorge Antonio Pérez, ¿será porque en el segundo gol de Dorados hay fuera de juego?
Sin embargo, le dan partido a Cesar Arturo Ramos y Marco Ortiz que no sancionan flagrantes penales en los partidos Pachuca-Veracruz, ni en el Pumas-Monarcas, respectivamente, aunque ambas decisiones no trascienden porque los equipos afectados ganan por goliza.
Además, reaparecen a Fernando Guerrero después de que en el Clásico Chivas-América, falsea y omite hechos que se suscitaron durante el partido (reportó por juego brusco grave al preparador físico de Chivas y no reportó los objetos que lanzaron a la cancha los aficionados).
Así que ahora es más unible equivocarse en una sustitución como en aquel Pachuca-Querétaro que al elaborar la cédula.
Pues sigue castigado Óscar Macías, quien siendo internacional, sólo lleva dos partidos en el torneo, sin olvidar tampoco a Erick Yair Miranda, quien recibió este año el gafete FIFA y sólo ha actuado en cinco juegos.
Con esto se refleja que los dirigentes arbitrales, al jerarquizar a los silbantes, lo hacen visceralmente o que el seguimiento y proceso de formación en un árbitro no es el adecuado.
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