Vancouver espera con más expectativas que nunca un partido eliminatorio de su Selección.
Canadá ha asistido a una sola Copa del Mundo y eso ocurrió hace 30 años. Fue, por cierto, el peor equipo de México 86.
Para el Mundial de Brasil 2014 ni siquiera pudo clasificarse al Hexagonal Final. Una ronda antes, Honduras le ganó 8-1 en San Pedro Sula e hizo pedazos con violencia el sueño canadiense de acercarse a un nuevo Mundial.
Los números, la historia y la calidad de uno y otro equipo hacen inevitable el pronóstico favorable al Tri. Pero no debemos olvidar que jamás se ha ganado un partido antes de jugarlo y que no siempre vence el que debería hacerlo.
Vancouver fue lluvioso y frío todo el miércoles y lo será también, de acuerdo a los pronósticos del tiempo, hoy.
Su estadio, el British Columbia Place, es confortable cuando, pese a la hostilidad de un clima que no suele ser simpático en estos rumbos, cierra su portentoso techo retráctil. No se sabe aún si el duelo contra México, con boletaje agotado, solicitará sin decirlo un poco de más apoyo a sus aficionados soportando el frío. Ese factor y el terreno mojado pueden ser adversos para el Tri.
Pocas horas antes de la batalla será informado vía redes sociales sobre el uso del techo, que tarda 20 minutos en abrir o cerrar. Se supondría que la Federación canadiense piensa en su afición, pero por eso mismo podría tratar de incomodar más al equipo mexicano: la alianza para buscar el resultado podría ser un elemento más del llamado a la batalla.
Será lo de menos. Un país que ha recortado en parte las grandes diferencias de interés a favor del soccer aun con el gran peso del hockey sobre hielo -deporte nacional de Canadá-, entiende que se enfrenta a un rival superior por la fuerza de su Liga -Canadá no tiene-, el valor individual de sus figuras y la llegada de una nueva generación que refresca a un Tri venido a más y que liga 15 partidos sin perder.
Desde que la "B" perdió contra Ecuador en la malograda Copa América, nadie ha podido pasar por encima de México aun en sus momentos críticos de la Copa Oro, de la que resultó campeón.
México puede y "debe" ganar.
Y nosotros, como espectadores, confiar más en la calidad del equipo que en las debilidades y fortalezas de cualquier rival. Nos hemos enseñado a ver a través de los ojos del de enfrente.
Este Tri sabe bien, huele bien y se siente bien internamente.
Debe imponer su jerarquía. El futbol hablará en esta hermosa y nostálgica ciudad de Vancouver. Los seis puntos deben quedar en la buchaca azteca.
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