Strike cantado A las Chivas cuando no les llueve, les cae aguanieve.
No acaban de salir de una novela cuando ya están entrando a la siguiente y la última tiene que ver (otra vez) con "Gullit" Peña.
El volante se ha tomado muy en serio eso de "crea fama y échate a tomar... digo, a dormir", bueno cualquiera de las dos aplica.
Ya se los había platicado, el "Esmeralda Chiva con Corazón de León" tiene un problema serio, más allá de la fiesta, con el alcohol, pero tiene otra bronca del mismo calibre, si no es que peor.
Su falta de profesionalismo le ha jugado malas pasadas una y otra vez.
Como les conté en alguna ocasión, ni siquiera la Selección Mexicana le significó una motivación suficiente para querer sobresalir.
Para los que crean que es uno de esos casos que el dinero les importa más que el amor al futbol, están equivocados, a él no le mueve la lana, ¡pero tampoco el futbol!
A él le interesa la buena vida, la comodidad, disfrutar el momento, y si es de noche y con bebidas espirituosas, mejor.
El último escándalo en el que se le ha involucrado no tiene claridad: según las Chivas, solamente está en un entrenamiento personal para que retome su nivel físico; según Jorge Vergara, se enfermó del estómago (¿como Carlos Vela?); según el futbolista, todo es mentira, y según el papá de un jugador del equipo, quien filtró el tema, el volante llegó con aliento alcohólico el lunes y por eso se enojó el cuerpo técnico.
Más allá de la problemática similar a la del Atlas, de tener fuego amigo en casa, me parece que nadie le avisó a Omniyorch cuáles eran los antecedentes de este futbolista y que, como ya se los comenté anteriormente, no se percató de que no mostró fortaleza mental con el Tri en el Mundial y al despedirse de León llorando (ignoro si le lloró más a su cama, a su antro favorito o a las guacamayas).
Ahora a ver cómo lo levantan, porque dentro del Club Guadalajara es donde menos le han ayudado y no desde afuera, como creen ellos mismos.
'Potro' enganchado No entiendo por qué, pero el "Potro" Gutiérrez se está metiendo en camisa de once varas.
Desde hace algunas convocatorias ha cedido ante las presiones de los clubes para no llamar algunos jugadores, al mismo tiempo que se ha quejado de que los equipos no apoyan realmente a la Selección y que luego al que ponen a fusilar es al entrenador.
Tiene razón, el asunto es que si lo permites no puedes quejarte y en todo caso, en lugar de quejarse, pues que convoque a quien quiera y que cada equipo reclame como pueda.
Pero el verdadero problema en el que se metió, y que hasta la chamba puede costarle, es el pleito barato de aficionado en el que se enfrascó con la afición regiomontana.
De por sí, los niños son alegres y apasionados y encima el "Potro" les da sonaja.
En Regiolandia empezaron a comentar que César Montes, el defensa central de casi dos metros que secó a André-Pierre Gignac en el Clásico, merecía un llamado al Tri Sub 23 y el DT empezó a responderles vía Twitter.
Les justificó que Jordan Silva y Carlos Salcedo andan mejor, se burló de aquel título que ganó con el Atlante en el Tec y les hizo bullying por un golazo que les metió el tuzo Víctor Guzmán días atrás.
Pues pa' pronto se le dejó venir la caballeriza de chorrocientos tuiteros encabezada por Luis Miguel Salvador, quien ni se acordó si alguna vez fueron compañeros en el Atlante y puso el grito en el cielo ante Guillermo Cantú y los femexfutos.
Claro, el buen "Potro" tuvo que salir a disculparse por todas las vías posibles y con todos los afectados. Nomás le faltó llamarle a su casa a cada aficionado que se sintió ofendido.
Yo creo que ya aprendió la lección. Ojalá, porque si no, hasta la chamba le anda costando el haber caído en las garras del duende enojón de las redes sociales.
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