"Golf y sexo son de las pocas actividades que se pueden disfrutar sin ser tan bueno".
Jimmy Demaret Profesional del golf Después de ver cómo Adam Scott controlaba a un indefenso Sergio García al adjudicarse el triunfo en el Honda Classic del PGA Tour, seguí viendo la televisión y me topé con otro "enfa-soso" empate entre el Guadalajara (Chivas) y Tijuana.
Así que he decidido hacer público lo que pienso del equipo al que le echo porras, y por el cual me peleo de vez en cuando por defender, y quisiera, sobre todo, verlo ganar.
Por supuesto que no entraré a decir lo que está mal del equipo (y sí propondré) porque eso no remedia nada en el deporte, tampoco diré quién es el culpable de la situación tan horrible de los últimos años porque soy un simple aficionado con un hándicap de entre 16 y 22 en conocimiento de futbol.
El partido fue sin duda aburrido y más frustrante el ver cómo predominaron las fallas sobre los aciertos.
Los jugadores en la cancha forman un equipo carente de habilidades para estar entre los protagonistas. Así como está Chivas, difícilmente podrá en el futuro cercano aspirar a algo importante.
El "modelo chiva" de jugar únicamente con mexicanos ha prescrito porque el futbol, como todo el deporte, ha pasado de amateur (amor a la camiseta) a profesional (los jugadores se desempeñan por amor a su profesión y juegan donde ganan mejor).
La analogía es simple. El futbol profesional es un negocio y desde que los mejores futbolistas mexicanos se dieron cuenta de que jugar en el extranjero era posible y les dejaba mayor satisfacción, a pesar del sacrificio, ya no juegan aquí en México, es más, las mismas Chivas, cuando pueden vender, lo hacen.
Así que los mexicanos de primera categoría difícilmente vestirán la camiseta chiva, aunque se les pagara bien, ahí se descartan los más o menos 10 jugadores que ya juegan en el extranjero.
Otros 10 o 20 buenos jugadores que se quedan en México valen mucho más al vendérselos a las Chivas porque su mismo modelo los tiene contra la pared al negociar, así que armar un buen equipo con los que aquí siguen es incosteable.
Hoy en día, para ser competitivo en el deporte la adaptación a su evolución es primordial. En términos golfísticos, lo que le pasa a Chivas es como si un profesional del golf pretendiera competir contra Jordan Speith o Tiger Woods con bastones de madera-madera, fierros de los años 60 y bolas de ligas, claro que podría presentarse en el campo de golf y le festejaríamos su tradición por el golf, pero ya saben lo que sucedería.
Las Chivas deberían jugar con extranjeros como cualquier otro equipo si es que aspiran a ganar otro campeonato. Ni con las mejores fuerzas básicas ni con la mejor escuela podrían formar el anhelado mejor equipo de México porque serían exportadores de jugadores y no los usarían para el fin de ganar campeonatos.
El amor y romanticismo que muchos tenemos por la camiseta chiva es por su historia y campeonatos ganados, lo único que mantendría vivo ese amor es volver a ganar campeonatos. Con el triunfo y y el tiempo se olvidan los males y entran en vigor nuevos modelos.
Hasta el próximo green.
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