Hay dos tendencias que se están haciendo presentes a nivel internacional por lo que se refiere al entrenamiento para correr largas distancias:
 
Una es la de los dispositivos electrónicos que permiten monitorear cada vez con mayor exactitud lo que ocurre en el organismo, y la otra es la que marcan algunos fisiólogos que dan un peso cada vez mayor a lo que llaman el entrenamiento cerebral.

Mucho han evolucionado los gadgets desde su primera generación hasta los actuales.

Los pulsímetros y los podómetros han cedido su lugar a zapatos para correr que cuentan con sensores que permiten medir desde el impacto al "aterrizar" en cada paso hasta el gasto energético en el que se incurre en cada entrenamiento, pasando por una gran variedad de otros indicadores.

El argumento de venta de los dispositivos modernos gira alrededor de que gracias a eso los corredores han llegado a contar con una cantidad de información sin precedentes acerca de su desempeño al entrenar y al competir.

Lo del entrenamiento cerebral es la otra tendencia, que pudiera no estar desarrollándose en paralelo con la electrónica.

Tim Noakes difundió su propuesta en el sentido de que la fatiga no se produce en los músculos que trabajan al correr sino que la genera el cerebro para proteger al organismo al llegar a ciertos niveles de acumulación de factores de fatiga, como es la acumulación del ácido láctico.

Esa propuesta tuvo impacto en los programas de entrenamiento, ya que según Noakes es posible "recalibrar los sensores cerebrales" para retrasar la aparición de la fatiga.

Lo anterior permitiría correr un poco más rápido o un poco más lejos antes de que la fatiga apareciera, lo que haría la diferencia suficiente como para romper un récord personal o calificar para Boston.

El problema con esto es que las propuestas de quienes impulsan el entrenamiento cerebral se centran en la percepción de esfuerzo al entrenar, mientras que los dispositivos electrónicos recopilan "datos duros" del desempeño del corredor.

Cierto que contar con información objetiva de lo que ocurre con el organismo es crucial para mejorar, pero ojalá esa información sea una buena base analítica y no un sustituto de lo que realmente importa.

Recuerda que correr es salud y algo más..., mejor calidad de vida
 
 
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