El Príncipe del futbol El Rey del futbol tuvo un heredero, pero no pudo llenar sus zapatos, nunca fue célebre como su padre por lo que hizo en la cancha, sino por acciones que lo llevaron a la ruina y a la cárcel. Lo peor es que, quienes lo vieron en la cancha, decían que era un excepcional futbolista.
Edson Cholbi Nascimento (27 de agosto de 1970, en Santos) nació en cuna de oro, su padre es para muchos el mejor futbolista que ha existido; fue campeón del mundo en tres ocasiones (Suecia 58, Chile 62 y México 70), leyenda del Santos y el máximo goleador de la historia.
Edinho es hijo de Edson Arantes do Nascimento, Pelé, y su primera esposa, Rosemeri Cholbi Nascimento. Nació después de que Brasil obtuvo el campeonato del mundo, en el Estadio Azteca.
No destacó como delantero, pero lo hizo como portero, en el Santos, con el que debutó en 1990. Sus actuaciones fueron clave para que el Peixe se quedara con el segundo lugar de la Liga, en 1995, lo que fue su máximo logro deportivo.
Jugó para los clubes Portuguesa, Sao Caetano y Ponte Preta, en una trayectoria de ocho años.
Para Edinho, la cancha se convirtió en lo menos importante, ya que en sus ratos libres se dedicaba a correr autos en la calle, de forma clandestina.
Esto lo llevó por primera vez a ser encarcelado, en 1999, cuando fue acusado del asesinato de otro conductor en una de las carreras. La víctima mortal se llamaba Pedro Simoes Neto.
Según las autoridades, Edinho lo mató al golpear la moto en la que viajaba, en octubre de 1992, en el trayecto de una carrera clandestina en la que se pasó una luz roja.
El abogado Vicente Cascione, alegó que el hijo de Pelé estaba en el lugar de los hechos porque pasaba por el lugar y se detuvo para ayudar a la víctima. Logró que la condena de seis años quedara en unos meses.
Edinho salió libre y consiguió un contrato para jugar en el máximo nivel, con el Ponte Preta, pero no volvió a su nivel y abandonó el futbol en 1999, a los 29 años.
Después volvió a los titulares de la prensa por su adicción a la mariguana y su involucramiento con grupos delictivos. En junio del 2005, el "Príncipe" fue condenado a ir a prisión por tráfico de drogas, ya que tenía nexos con gente que financiaba a grupos de animación del Santos a través del narcotráfico.
Sin embargo, volvió a la libertad en unos meses y el club que lo formó volvió a acogerlo. Le dio trabajo como entrenador de porteros y después un puesto en la parte alta del organigrama, como director adjunto, aunque en realidad Edinho continuó ligado con el narcotráfico.
Admitió que tenía problemas con la mariguana, pero sólo como consumidor, lo cual minó su desempeño como futbolista y eventualmente terminó con su carrera, pero juró ante la justicia brasileña que jamás había traficado. El proceso fue anulado por el Tribunal Superior de Justicia de Brasil en el 2008, porque consideró que Edinho y otros acusados no habían recibido una apropiada defensa.
Pero la justicia reabrió el caso de las carreras clandestinas y lo halló culpable. No regresó a prisión, pero fue condenado a pagar una pensión vitalicia a la familia del fallecido, equivalente a 2 mil 500 dólares mensuales.
En junio del 2014, Edinho fue condenado a 33 años de cárcel, acusado de lavado de dinero del narco, pues fue ligado con Ronaldo Duarte "Naldinho", uno de los capos del narcotráfico en Santos.
Una vez más, sus abogados lograron una apelación que le permitió seguir su proceso en libertad. Intentó relanzar su carrera deportiva, pero como director técnico. Lo contrató el Mogi Mirim, de Segunda División, cuyo presidente es el ex astro Rivaldo, pero fue despedido por malos resultados.
Pelé tiene siete hijos y actualmente el menor, Joshua, juega también en el Santos, aunque no ha logrado adueñarse de un lugar en el primer equipo. Edinho, por su parte, intenta recuperar el tiempo perdido, quizá imaginando qué habría sido de su vida si las drogas y las carreras clandestinas no se hubieran cruzado en su camino.
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