"Un match de golf es una medición entre la destreza de uno contra la suerte del oponente".
Filosofía del Hoyo 19 Estaba iniciando en el Chapala Country Club un threesome muy familiar.
Había pegado ya desde las azules, Juanito, jugador scratch a sus casi 20 años. Desde las blancas salió su padre Carlos, él era handicap promedio (o sea 18). Cuando le tocaba salir al abuelo de Juanito (o sea Don Ernesto) desde las boyas doradas llegó corriendo, y aún sin cambiarse, una rubia despampanante para pedir integrarse al grupo, ya que el campo estaba saturado.
Al unísono los tres concedieron, al cabo jugar en threesome o foursome en día lleno sería igual de lento, y que mejor hacerlo con alguien que de pura entrada les alegraría la vista.
A las prisas y sin calentar más que dos swings, pegó su driver de unas 220 yardas por el centro de fairway, no tiró "mulligan" (desiste de la cortesía entre amigos de tirar dos bolas y escoger la mejor en el primer hoyo de juego). Después ponerse los spikes se integró al grupo en la zona de segundo golpe. Con la cortesía y educación que también emanaba de ella, se presentó como Laura y dijo que estaba dispuesta a jugar un medal, que su handicap era 12, lo cual aceptó el threesome.
Después de cuatro hoyos Laura iba en par de campo y robando la apuesta, los otros estaban distraídos porque ella, si bien tenía bajo handicap, de vista era sin duda "plus" (o sea mejor que scratch), poseía un hermoso "backswing" y un muy estético "followthrough"; mi amable foursome de lectores comprenderá la referencia.
Laura siguió jugando como si fuera a ganar un torneo Major y, disfrutando de la cortesía y amabilidad del grupo, además de los "approaches" que le hacían el junior como el padre. Al llegar al hoyo 18 se subió de dos al green, fue entonces que contó al grupo que de meter el putt haría la mejor ronda de su vida y que se sentía muy agradecida con el threesome, pues rompería por primera vez el 80.
Ya en el green dijo que su marido era piloto comercial, que había tenido que cubrir una ruta de último momento y no regresaría el fin de semana. Entonces propuso: "quien me dé la caída exacta se va ir conmigo toda la noche en señal de agradecimiento por haberme ayudado a lograr la mejor ronda de mi vida".
Juanito no tardó ni 20 segundos en ir a ver la caída de los todos los ángulos, se agachó detrás de la línea, y sin mucho dudar, dice: "seguro cae unos 20 centímetros de izquierda a derecha".
Para pronto el padre hizo sentir su jerarquía y corrigió como siempre al hijo diciéndole: "no seas tonto, es un putt a meter y se tira con más firmeza y menos caída (según él lo había leído en esta columna), así que tírale sólo 10 centímetros, pero firme".
En eso, Don Ernesto, sólo esperaba que dejaran de pelear por una causa perdida, voltea hacia la güera y sin mucho dudar le dice: "ya está dada, te espero en mi auto"... Viejo zorro sabía cómo ganar un match, tenía la experiencia que sólo se gana en los fairways después de muchos años.
Hasta el próximo green.
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