Si existía duda alguna de que la liguilla es una competencia aparte del torneo regular, Pumas se ha encargado de dejarlo muy claro en este Apertura 2015. Los números, el rendimiento, la actitud y hasta la dirección técnica han sido completamente distintos a lo mostrado durante 17 constantes semanas, que le llevaron a ser el mejor de los 18.

De aquel equipo sólido y letal ofensivamente que terminó con una muy buena exhibición en el Estadio Azteca contra el América (1-1), sólo quedan dudas y confusiones apenas tres semanas después.

Tigres confirma hoy que es el mejor plantel del futbol mexicano y demuestra algo aún más importante: domina su sistema de juego como nadie. No recuerdo una línea defensiva en el futbol contemporáneo que logre alinear junta por cinco años consecutivos: Ayala, Rivas, Juninho, Jiménez (prestado una temporada a Xolos) y Torres Nilo. La continuidad es una de las fortalezas indiscutibles de este plantel y los 11 torneos que Tuca Ferretti ha dirigido a Tigres en esta etapa, son el más claro ejemplo.

Sí, parece que esta Final se ha decidido en favor de Tigres por la sencilla razón que Ferretti es capaz de perder ventajas de uno, pero sería inconcebible verle caer en estas condiciones tan ventajosas.

Las dudas que invaden a Pumas son las certezas de Tigres. La falta de jugadores contundentes en la banca de Pumas son un aspecto muy bien contemplado en Tigres. La energía y seguridad del mensaje que sale de "Tuca" en el área técnica, es la pasividad indiscutiblemente dañina para su equipo que proyecta Memo.

Tanto Pumas como Tigres han alcanzado la Final en buena medida por sus atinadas contrataciones: nadie acertó con tanta precisión como los del Pedregal en sus refuerzos: Alatorre, Castro y Fidel Martínez resultaron determinantes. La escuadra regia desembolsó una fortuna muy redituable con Aquino, Damm y Gignac; el negrito en el arroz fue Uche.

La mejor ofensiva del campeonato se ha extraviado en el plantel de Pumas, y la mejor defensiva se ha multiplicado en Tigres (un gol en contra en la Liguilla).

Para mucha gente la Final pierde interés al existir una diferencia tan grande tras el juego de ida, soy de los que piensa que, independientemente de quien sea el campeón, este 0-3 garantiza espectáculo y al final del día eso es lo que suplicamos en cada partido.

Dicen que el 90% de la gente ve que las cosas no funcionan, el 9% sabe por qué no funcionan y sólo el 1% sabe qué se debe cambiar para que funcionen. Es muy probable que en este momento Memo Vázquez forma parte del 9% y Tuca del 1%, lo que explicaría no solamente la distancia, sino por qué la Liguilla resulta un torneo aparte y por qué Pumas lo ha hecho tan evidente.

 
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